Zulina La Loba Muñoz volvió a sentir la emoción de caminar hacia el cuadrilátero. Desde el camerino, el pasillo que conduce al foro donde pelearía, sintió cómo se le erizaba la piel con los gritos de los asistentes. La vez previa fue hace dos años, antes de hacer una pausa para ser madre.

Un poco de nervios, pero sobre todo entusiasmo de regresar a lo que más disfruta. Arely Valente, la contrincante, opuso resistencia, pero Zulina logró descifrarla para vencerla por nocaut técnico; decidió no salir al sexto asalto, la noche del sábado en Iztacalco.

Tengo que recuperar muchas cosas, entre ellas velocidad, para pensar en recobrar mi campeonato, dice; tardé un par de episodios en hallar la clave, descifrar sus movimientos para hacerle daño, pero después encontré cómo pegarle.

Dos años alejada tuvo un costo. Zulina piensa que perdió un poco de agilidad, velocidad en el ataque, pero nada que no pueda recuperar en unos meses más. También perdió valor en el mercado.

Sí, se devalúa un poco el trabajo con una pausa, comenta, pero tengo que seguir boxeando y ganar para volver a tener ingresos como los de antes de hacer la pausa.

Sin embargo, cree que le ayudó ser una boxeadora conocida, pues le permitió negociar para no resultar muy afectada. “Creo que pude ganar un poco más por ser La Loba y por mi trayectoria, pero desde luego que afecta a la hora de cotizar para una pelea”, agrega.

Espera recuperar este año el título supermosca del Consejo Mundial de Boxeo que perdió ante Guadalupe Martínez. Sólo tengo dos derrotas; una ante Alesia Graf, a quien ya vencí; me falta Lupita, no sólo es mi campeonato, sino también quitarme esa sensación.