Beirut, la ciudad Fénix para la cultura, tendrá un nuevo museo de Arte
ardines con esculturas, galerías a ras de suelo y en medio una enorme torre. Así se perfila el Museo de Arte de Beirut (BeMA), que en 2020 abrirá sus puertas. Dedicado a lo contemporáneo, el centro se suma a la lista de inmuebles de su tipo que en los últimos años fueron inaugurados o reabrieron de nuevo en la capital libanesa.
Beirut quiere volver a ser conocida como el París de Oriente
, pero esa aspiración se ve empañada por las crisis políticas o los violentos enfrentamientos de muchos años. Trabajo con el objetivo de que se deje de hablar de Beirut como una ciudad de crisis y guerra
, dice el empresario Tony Salamé.
Se trata de un complejo con cerca de 40 mil metros cuadrados que fue ideado por el arquitecto estrella David Adjaye. La colección de obras privadas de Salamé se expondrá en unos 4 mil metros, mientras el resto del espacio se ha dedicado a comercios de marcas de lujo, un restaurante y un café.
En el país rige por ahora un frágil equilibrio entre sunitas, chiítas y cristianos. En 1975 estalló un conflicto fratricida que se prolongó durante más de 15 años y que costó la vida a más de 100 mil personas.
En apenas 15 años Salamé ha conseguido juntar una colección de más de 2 mil obras, la cual está integrada por artistas internacionales como Wolfgang Tillmans, Cindy Sherman y John Armleder.
El empresario, nacido en Beirut, participa desde hace años en la gestión del arte. Así, en 2013 creó la Sociedad Metropolitana de Arte, con el objetivo de conectar a los artistas nacionales con destacadas galerías en todo el mundo.
La lista de museos que en los últimos años fueron inaugurados o reabiertos en esta ciudad es considerable. Entre ellos figura el Sursock, que ha reanudado su actividad tras cerca de ocho años de trabajos de renovación, en 2015; el Museo Nacional, con más de 2 mil reliquias arqueológicas, y el Centro de Arte de Beirut. A ellos se suma que, desde 2010, se realiza la Feria de Arte de Beirut, que se presenta como un puente entre oriente y occidente.
El futuro MUSEO BeMA está ubicado cerca de la calle Damasco, por donde transcurría la denominada línea verde
durante la guerra civil, la cual dividía la ciudad entre la parte este, dominada por los cristianos, y la oeste, habitada principalmente por musulmanes.
Por eso, es significativo el lugar donde se emplaza el futuro templo del arte, ya que también se puede interpretar como una muestra de reconciliación, contó Hala Wardé, la arquitecta franco-libanesa que trabaja en el proyecto.
Dpa