Sábado 12 de enero de 2019, p. 5
Madrid. Como es habitual, Grohl se pasea por el escenario mientras toca la guitarra y llega hasta uno de los extremos, donde un fan le regala una lata de cerveza.
El músico la coloca sobre un amplificador y trata de beberla, pero rápidamente se da cuenta de que eso no tiene sentido, así que la agarra y se la toma de un trago.
Quizá sea por eso o sólo se trate de una desafortunada pérdida de equilibrio, pero cuando Grohl se voltea para regresar al centro del escenario, termina cayéndose de espaldas ante el estupor generalizado.
La situación no va a mayores en esta ocasión, pero cabe recordar que en 2015 en Estocolmo se cayó de un escenario más grande y alto, por lo que el costalazo fue mucho mayor, con tan mala fortuna, que acabó con la pierna rota.
A pesar de eso, acabó el concierto sentado en una silla, y cumplió con la gira tocando sentando sobre un trono que meses después cedió a Axl Rose de Guns n' Roses.