Senadores de Morena y el Partido del Trabajo (PT) respaldaron la decisión del gobierno mexicano de no firmar el Documento de Lima, por el que se desconoce al gobierno del presidente Nicolás Maduro, ya que –consideraron– se regresa a la tradicional política exterior de no intervención en los conflictos de otras naciones.

Es la postura correcta, porque se apega a los principios establecidos en la Constitución, comentó el presidente del Senado, Martí Batres. Dijo que México no se va a pelear con otras naciones, como hicieron administraciones anteriores, sino que cumplirá con lo establecido en la Carta Magna, de no intervención, autodeterminación de los pueblos y la solución pacífica de las controversias.

En entrevista aparte, la senadora Cora Cecilia Pinedo Alonso, del PT, recordó que el Grupo de Lima fue creado como instancia multilateral para abonar al diálogo y la cooperación ante la situación que vive la sociedad venezolana. En este sentido, la decisión tomada por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador es congruente con nuestra política exterior mexicana.

Promover el diálogo

Resaltó que el acuerdo tomado por la mayoría de los integrantes del Grupo de Lima contraviene nuestra tradición en materia de política exterior al intervenir en asuntos internos de Venezuela y abonaría en el deterioro de las condiciones de vida de los pobladores.

Por ello, es importante respaldar la decisión de nuestra cancillería para que las partes en el conflicto tengan un acercamiento con el propósito de construir acuerdos, comentó.

Lo que se busca en el ámbito internacional es demostrar que México sigue siendo un gran promotor del diálogo y la cooperación como medios para solucionar de manera pacífica las controversias y velar en todo momento por el profundo respeto, protección y promoción de los derechos humanos, recalcó Pinedo Alonso, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico.

Batres, en tanto, rechazó que la decisión sea un retroceso, como la calificó el Partido Acción Nacional. Por el contrario, dijo, es el retorno a la histórica política exterior constitucional. Lo que vivimos en épocas pasadas fue un gran desorden, porque tuvimos durante varios años una situación en la cual el gobierno mexicano se estuvo peleando con muchos gobiernos.

El presidente del Senado señaló que el gobierno mexicano se está manejando con mucha inteligencia, porque ha mantenido con el gobierno de Estados Unidos una muy buena relación y también buenas relaciones con todos los demás gobiernos del mundo.

Reiteró que México no debe intervenir en conflictos externos. Suficientes problemas tenemos en nuestro país como para tratar de meternos en los otros países. No hay que ser farol de la calle y oscuridad de la casa.

Insistió: Si queremos que haya en el mundo determinados principios de derechos humanos, de democracia, de bienestar social, esos principios hay que cumplirlos en nuestro país. En la medida en que nosotros cumplamos con todos esos principios en México, con eso vamos a influir positivamente en el mundo entero, agregó.