Sao Paulo. Un despliegue especial de tropas federales brasileñas tomo este sábado la ciudad de Fortaleza, capital del estado de Ceará (noreste), con la finalidad de frenar la escalada de violentos ataques de bandas criminales contra bancos, autobuses y tiendas, reportaron las autoridades.

Para cuando termine el fin de semana, unos 300 soldados deben estar patrullando ésta y otras localidades del estado para poner un alto a la espiral de hechos vandálicos, dijo el secretario nacional de seguridad nacional, Guilherme Teophilo, según la estatal Agencia Brasil.

Esta intervención ocurre en la primera semana en funciones del mandatario Jair Bolsonaro, quien asumió el gobierno de Brasil el pasado martes promoviendo el endurecimiento de las medidas de seguridad y el reforzamiento del sistema judicial.

Su ministro de Justicia, Sergio Moro, ordenó el despliegue especial de tropas a petición del jefe del Ejecutivo de Ceará. Unos 50 sospechosos han sido arrestados y en la víspera se reportó una muerte en un enfrentamiento con la policía.

Los atacantes incendiaron en los días recientes una veintena de autobuses, prendieron fuego a gasolineras, balearon agencias bancarias, además de vandalizar edificios e instalaciones públicas. Muchos de los comercios de la región han permanecido cerrados y los residentes se han visto obligados a quedarse en sus hogares.

Los incidentes se desataron después del anuncio de medidas de endurecimiento del control de las cárceles, desde las cuales operan jefes de varias organizaciones de narcotraficantes. Los cambios incluyen el bloqueo de las señales de telefonía celular y la decisión de poner fin a la separación de reclusos que controlan los presidios.

Dos bandas criminales han dejado a un lado su rivalidad para enfrentarse a las autoridades, según reportó el sitio web de noticias G1, citando a oficiales de seguridad.

Bolsonaro prometió acabar con la creciente criminalidad en Brasil a través de medidas como el ofrecimiento de inmunidad a soldados y policías que usen la violencia en ciertas circunstancias y el relajamiento de las leyes sobre la posesión de armas para que los buenos ciudadanos puedan enfrentar a los delincuentes armados.

En otro orden, Bolsonaro criticó este sábado el adoctrinamiento en los colegios y defendió el Examen Nacional de Educación Media

Bolsonaro y sus ministros consideran que el sistema educativo está ideologizado y han anunciado un plan para erradicar a los funcionarios comunistas.

Por otra parte, el diputado Rodrigo Amorim, perteneciente al partido de Bolsonaro, desató críticas por su racismo tras afirmar: A quien le gusten los indios, que se vaya a Bolivia, que además de ser comunista, sigue presidida por un indio. Amorim fue el diputado más votado en la circunscripción de Río.