Ciudad de México recibe 32 mil litros de agua por segundo, equivalente a 310 litros por habitante al día, que significa una disponibilidad más que suficiente, pero se requiere trabajar para que su distribución sea más equitativa, afirmó el director general del Sistema de Aguas (Sacmex), Rafael Carmona Paredes.

En entrevista con La Jornada, descartó una crisis hídrica en el futuro si se logra el buen funcionamiento de la red hidráulica y reducen las fugas, que actualmente ocasionan la pérdida de 40 por ciento del líquido.

Agregó que antes de pensar en nuevas fuentes de abastecimiento para la capital, primero se debe sanear la red hidráulica, pues lejos de traer un beneficio la efectividad sería muy baja, pues las fugas se incrementarían hasta en 70 por ciento al aumentar la presión en los ductos.

De hecho, señaló que la exploración de pozos profundos que comenzó en la anterior administración, en algunos sitios como el de la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca, en busca de agua potable, se mantendrá como un programa piloto, pero al concluir el pozo número cinco se pasará a una etapa de análisis de la información que se ha obtenido.

Con los resultados que tengamos decidiremos si continuamos o dejamos una etapa de explotación para observar cuál es el comportamiento del acuífero profundo y saber si tiene una fuente de recarga o es agua acumulada durante miles de años con un volumen finito.

Con más de 35 años de experiencia en ingeniería hidráulica, el especialista egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) destacó que para mejorar la distribución de agua potable se requiere modernizar la red.

Entrevistado en sus oficinas en el centro de la ciudad, precisó que se reportan en promedio un total de 60 fugas diarias, pero el problema es mucho más complejo para tratar de resolverlo sólo con el cambio y reparación de tubos.

Dijo que si bien es una tarea que se va a reforzar en los próximos días, al duplicar las brigadas –de 70 pasarán a ser 150 –para atender las fugas, la estrategia de la actual administración será desarrollar infraestructura para medir e identificar cuáles son los caudales y las rutas, así como instalar dispositivos para controlar su presión.

Con eso se tendrán bases sólidas para distribuir el agua de manera equitativa; además, se podrán ubicar con mayor precisión las fugas y proceder a su reparación, pues las pérdidas dependen en mucho de la presión en los ductos e incluso a nivel mundial se ha identificado que su control es una de las acciones importantes.

Reconoció que el reto no es menor si se considera que la infraestructura con la que se cuenta data de la primera mitad del siglo XX, con afectaciones derivadas de su antigüedad, de los hundimientos del suelo lacustre y de la falta de mantenimiento que ha acelerado su deterioro.

Detalló que para este año se contará con un presupuesto de 17 mil millones 683 mil pesos, de los cuales 3 mil millones 432 mil pesos se destinarán a obra para dotar agua potable sin que se tenga que modificar aún la estructura tarifaria.

Va a llevar tiempo mejorar el servicio, pero con estas primeras acciones en el primer año se deben notar cambios a nivel técnico y en la percepción de la ciudadanía.