Dos niños guatemaltecos de siete y ocho años murieron recientemente bajo la custodia de agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés). En este contexto, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) puso énfasis en advertencias emitidas por expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre las consecuencias de detener y deportar a los menores desde ese país y México.

Respecto de la muerte de la niña de siete años, el relator especial de la ONU sobre los derechos de los migrantes, Felipe González Morales, pidió una investigación exhaustiva

En paralelo, en un informe, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) concluye que la violencia extrema, la pobreza y la falta de oportunidades son, al mismo tiempo, causa de migración de los menores y consecuencia de su deportación.

En el documento Desarraigados en Centroamérica y México, Unicef destaca que en nuestro país, El Salvador, Guatemala y Honduras la violencia relacionada con las bandas, la delincuencia organizada, la extorsión, la pobreza y el acceso limitado a servicios sociales y a una educación de calidad forman parte de la vida diaria de millones de niños.

En este contexto, familias enteras toman la complicada decisión de dejar sus hogares, comunidades y países para buscar seguridad y un futuro mejor. Muchos de ellos se desplazarán por la región en un intento por llegar a Estados Unidos.

Miles de migrantes, con todo y menores, enfrentan numerosos problemas y traumas adicionales al elegir rutas irregulares. Esas familias se ven obligadas a emprender un viaje largo e incierto en el que se arriesgan a ser presa de traficantes u otros delincuentes, a perderse en un paso de montaña o en el desierto mientras tratan de evitar a las autoridades, advierte Unicef.

Muchas de las personas en contexto de migración serán interceptadas durante el desplazamiento o al llegar a su destino, donde podrán detenerlas y enviarlas de vuelta a sus países de origen. En estos casos, los especialistas de la Unicef consideran que es altamente probable que los factores que los obligaron a migrar se intensifiquen.

El resultado final es, básicamente, un círculo de peligro y adversidad que vulnera el interés superior de los niños y los jóvenes a lo largo del ciclo de migración y deportación, agrega el documento.

De acuerdo con la ONU, entre enero y junio de 2018, 96 mil 216 migrantes, entre ellos 24 mil 198 mujeres y niños, fueron deportados desde Estados Unidos y México. Más de 90 por ciento de las deportaciones ocurrieron el año pasado.