La propuesta de crear un Centro Nacional para la Revalorización del Magisterio y la Mejora Continua de la Educación, que sustituya al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (Inee), no sólo es positiva, sino que abre la posibilidad de reorientar la evaluación hacia mecanismos que no impliquen sólo medición y castigo. Evaluación que no genera confianza es un esfuerzo perdido, afirmaron especialistas en educación.

En entrevista por separado, Ángel Díaz Barriga, profesor del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (Iisue) de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Etelvina Sandoval, profesora e investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN)-Ajusco, consideraron que las competencias que asuma el nuevo organismo deberán ser discutidas y esperamos que el gobierno federal tenga la sensibilidad de escuchar a los especialistas.

Advirtieron que no podemos caer, como ocurrió con el Inee, en la transformación de un organismo que si bien hizo aportaciones en la mejora de las estadísticas y estudios educativos, se convirtió en un ente faraónico que perpetuó un modelo de evaluación completamente neoliberal.

Díaz Barriga apuntó que hay una falsa polémica en el tema de la autonomía del instituto, porque en los hechos nunca la ejerció, y hoy pretende lavarse las manos y decir que nunca fueron responsables de la evaluación docente, cuando tenían entre sus responsabilidades determinar etapas, instrumentos y procedimientos.

Añadió que el Inee fue un organismo que se mantuvo autoritario y con muy poca autocrítica, incapaz de escuchar las opiniones distintas. Al respecto, Sandoval consideró que se debe asumir que hubo un cambio de gobierno, y con ello un giro en la política que se seguirá en la evaluación.

En días recientes, el instituto emitió un posicionamiento de condena debido a que en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 se aplicó un recorte, en términos reales –asegura el organismo– superior a 50 por ciento de los fondos que requiere para operar, lo que pone en riesgo funciones sustantivas. La medida, consideró el Inee, es unilateral, irracional y sin sustento, por lo que sentenció que en la actual administración federal hay un deseo de extinguir al organismo.

Al respecto, la investigadora de la UPN consideró que “hay cosas rescatables de una institución que se fundó en 2002, pero que tuvo dos etapas claramente diferenciadas. La primera, desde su fundación hasta 2013, cuando le fue otorgada la autonomía constitucional mediante la Ley del Inee, en el contexto de la reforma educativa.

A partir de este periodo se crea una institución faraónica que pervirtió su función, por lo que no puede persistir tal como está. En el nuevo gobierno se propone una mirada distinta de cómo se puede evaluar sin caer en una perspectiva sancionadora de los maestros.

Reconocieron que el Inee hizo aportes a la investigación, y en esta nueva etapa puede retomarse, pero con otros esquemas en donde participen universidades, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y especialistas de otras instituciones.