Madrid. Boca Juniors se encuentra ya en Madrid, donde fue recibido entre aclamaciones por sus hinchas a la puerta del hotel en el que se alojará hasta el domingo cuando jugará la gran final de la Copa Libertadores contra River Plate en el estadio Santiago Bernabéu.

La polémica final del torneo americano, que irónicamente se se disputará en España, se jugará fuera de Argentina por razones de seguridad, tras el ataque que sufrieran los jugadores de Boca dentro del autobús del equipo cuando se dirigían al estadio Monumental de River. De manera sorprendente, un viejo líder de la barra brava La 12, del equipo xeineze, Rafael di Zeo, quien purgó una condena de cuatro años por violencia contra los seguidores de otro equipo, y quien tiene prohibido entrar a canchas argentinas, recibió la autorización de las autoridades para viajar a Ma-drid, aunque no se sabe si podrá entrar al Santiago Bernabéu.

Boca Juniors aterrizó en la tarde del miércoles en el aeropuerto de Madrid, ya en su hotel, algunos aficionados se dieron cita para dar la bienvenida a su equipo.

Boca empezará a preparar el partido del domingo el jueves en los campos de la Ciudad del Futbol, en Las Rozas, al noroeste de Madrid, donde habitualmente entrena la selección española.

El equipo argentino espera a su rival, que partió ayer de Argentina despedido por un pequeño grupo de hinchas con rumbo a Madrid, donde está previsto que llegue en la madrugada española.

River empezará el trabajo en cuanto llegue, ya que tiene previsto un primer entrenamiento de cara a la final en las instalaciones del Real Madrid, en Valdebebas.

River y Boca empezarán así a preparar un partido que los aficionados esperan que tenga un ambiente festivo alejado de los incidentes que provocaron la suspensión y traslado a Madrid el pasado 24 de noviembre cuando un grupo de barras bravas de River atacó a pedradas al autobús que trasladaba a los jugadores de Boca.

Se espera que miles de aficionados viajen a Madrid desde Argentina. Las autoridades españolas han dispuesto medidas adicionales de seguridad para el partido, posiblemente más estrictas al dispositivo que acompaña al clásico español entre Real Madrid y Barcelona.

La Conmebol asignó 25 mil entradas para cada club, con 5 mil que se vendieron en Argentina, y el resto por medio del portal de la confederación.

Otros 22 mil boletos serán para patrocinadores y demás público. Algunas se venden por más mil euros (mil 135 dólares) en sitios de reventa por Internet.

Llegué hoy y vine exclusivamente para el partido, dice Cristian Farfalla, hincha vestido con la camiseta azul de Boca y contento de poder asistir a este encuentro, pero al mismo tiempo decepcionado por el traslado de la final a Madrid.

Pierde un poco la magia de la final, honestamente prefería que se jugara allá, pero por otro lado tengo la oportunidad de venir a verlo, que allí no habría podido ir a la cancha, afirma este joven, que regenta con su hermano un comercio familiar en Buenos Aires.

Tenemos la oportunidad de estar las dos hinchadas, va a ser una linda fiesta, asegura Agustín Giacone, otro seguidor de Boca que llegó ayer desde Argentina, seguro de que no se repetirán los problemas ocurridos a las afueras del estadio Monumental. Los argentinos no quieren ensuciar más el nombre del país, afirma.