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Colorido y vanguardista, el Álbum Blanco de los Beatles llega a 50 años

Lanzan redición remasterizada y grabaciones que habían sido eliminadas

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▲ En imagen de archivo, Giles Martin, productor de las ediciones de aniversario de la banda, escucha a su padre, George Martin, quien también fue productor del grupo.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 10 de noviembre de 2018, p. 6

Berlín. Para muchos fans y expertos musicales, el Álbum Blanco, de 1968, es el mejor trabajo de los Beatles. Desde el sonido rockero de Back In the USSR, que abre el disco, hasta la canción de cuna Good Night, esta producción es tan colorida, melodiosa, valiente y vanguardista como ninguna otra obra de la legendaria banda británica.

Ayer salió a la venta la redición de este disco, coincidiendo con el 50 aniversario de la publicación de The Beatles –título oficial del doble LP con una sencilla portada blanca, obra del artista Richard Hamilton–, que se cumple el 22 de noviembre. Las 30 canciones originales suenan con fuerza en las versiones remasterizadas. También incluye maquetas y grabaciones de estudio eliminadas en CD y vinilo.

Estos temas, que en aquel momento estaban adelantados a su época, siguen fascinando hoy en día. Las grabaciones muestran a un grupo que un año después de triunfar con Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band se encontraba en la cima de su éxito, pero también en un delicado equilibrio y, sin embargo, sabía generar entusiasmo. Según una extendida teoría, en el Álbum Blanco ya se refleja claramente el final del cuarteto de Liverpool, que acabaría separándose dos años después.

Los comienzos no fueron fáciles. El verano del amor (en referencia al tema Summer of Love) de 1967 se había evaporado, y la búsqueda de sentido común de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr con el gurú indio Maharishi Mahesh Yogi había fracasado.

Problemas matrimoniales y con las drogas amenazaban la armonía de los Beatles. Además, el productor George Martin no entendía el nuevo material y se retiró del proyecto, lo que llevó a los músicos a buscar otros colaboradores en los estudios londinenses de Abbey Road, así como a invitar a artistas como Eric Clapton y Yoko Ono, musa de Lennon.

Nada de segundas partes

Sí, nos divertimos, recordó recientemente sobre aquella época (mayo a octubre de 1968) McCartney en una entrevista con la revista Mojo. No importaba lo que había salido mal antes, quién se había marchado o quién ponía de los nervios a quién: cuando nos juntábamos para tocar, ocurría algo. Así eran los Beatles. También Giles Martin, hijo del legendario productor fallecido en 2016 y artífice del sonido de las ediciones de aniversario del grupo, cree que los músicos se pusieron de acuerdo para las grabaciones del Álbum Blanco.

La banda trabajaba realmente bien y hasta donde yo sé, el ambiente era magnífico. Martin asegura que bromeaban y se reían mucho y que no existían enemistades, si bien la llegada de Yoko Ono abrió algunas grietas entre los integrantes.

En 1968, el grupo se liberó de la presión de tener que crear cada vez mejores álbumes, destaca el ingeniero de sonido de Abbey Road Ken Scott, que entonces tenía 21 años. “Todo el mundo esperaba de ellos un Sgt. Pepper II, pero los Beatles no eran así; querían algo diferente cada vez y eso chocaba a la gente.” No cuesta imaginar lo sorprendidos y consternados que quedaron muchos fans a algunos de los nuevos temas como Revolution 9, Helter Skelter u Ob-La-Di, Ob-La-Da, tras los éxitos mundiales del Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band.

Pero el Álbum Blanco también incluye algunas de las baladas más bonitas de los Beatles: Julia, Dear Prudence, Martha My Dear y While My Guitar Gently Weeps. Otras canciones tienen influencias del folk, blues, country pop, art rock o jazz.

Por ello, para Giles Martin este disco hoy en día es como una pintura de Jackson Pollock, una lluvia de ideas. Tocaban sin filtros; era un absoluto caos creativo, declaró a la edición alemana de la revista Rolling Stone. Quizá tras publicar este trabajo, que enseguida alcanzó el primer puesto en las listas de ventas de todo el mundo, los Beatles deberían haberse dado un respiro de medio año. Los expertos creen que de haberlo hecho, la banda habría podido funcionar durante más tiempo. Pero todo el mundo sabe cómo siguió la historia: tras Yellow Submarine y Abbey Road (ambos de 1969) así como Let It Be (1970), los cuatro músicos se separaron.