Viernes 9 de noviembre de 2018, p. 38
Llegó el momento de dejar de hablar; hay que actuar ante la pérdida de especies y el daño ambiental, sentencia Jean Michel Cousteau, explorador y ambientalista desde hace 40 años, quien asegura que ante la inminente extinción de la vaquita marina, el asunto debe servir de experiencia para proteger otras especies.
Durante su visita a México para dar una conferencia magistral y presentar una película, el hijo del explorador del mar Jacques Cousteau, en entrevista con La Jornada, señala que le gustaría ayudar al próximo gobierno en la conservación y no sólo salir en una foto.
Asegura que le indigna la contaminación del mar, saber cómo el plástico se desintegra, lo absorben los peces y entra en la cadena alimenticia. No obstante, mantiene esperanza de que los niños vivan la naturaleza como él la vivió en su infancia.
–Llega a México, en una situación ambiental difícil para el país. Inundaciones en Nayarit y la vaquita marina en riesgo de extinción, ¿cómo ve este panorama?
Lo que ocurrió en Nayarit es un desastre terrible y no se ha prestado mucha atención a ello. Está devastado, no se sabe cuánta gente salió afectada y ha perdido pertenencias y casas. No se trata de culpar, sino que hay que actuar. Espero que el nuevo gobierno haga algo y, por ello, le ofrecemos asistencia, para que las cosas se puedan hacer mejor que antes. Hemos perdido el tiempo, pero lo que ha pasado se puede evitar en el futuro.
–¿En qué se tendría que trabajar, sobre todo en las zonas costeras, ante el cambio climático?
–Las consecuencias de lo que pasa es por el aumento de bióxido de carbono, así como del nivel del mar, la destrucción de las costas desprotegidas, de los manglares, de las barreras naturales. La destrucción de Nayarit es pavorosa y esas cosas se pudieron evitar si se hubieran hecho bien las cosas.
Los pescadores son vitales en el ecosistema, los conozco de cuando era niño. Cuando se hace sobrepesca ya no pueden seguir su vida. Se rompe el balance de la naturaleza; en Nayarit está roto y las consecuencias están a la vista.
“México es un país con costas, el nivel del mar aumenta, y se ven estos problemas. Esto sucede en Florida y en Nueva York, con los huracanes que llegan ahí. Hay lugares que desde hace tres años no están habitados porque fueron destruidos. Se debe dejar el bla, bla, bla y pasar a la acción, México tiene tesoros en peligro, en el Pacífico y el Caribe, se ve el peligro que hay, si no se toman medidas reales. Si un área natural protegida queda en papel.
La comunidad científica debe levantarse y dirigirse al gobierno, decir que están para ayudar y ser parte de la solución, no para criticar. Los que toman las decisiones deben entender que todos vamos a ganar, incluida la economía, si se hacen las cosas correctamente.
–Hace 26 años vino su padre a México y con el entonces presidente Carlos Salinas presentó un plan de rescate de la vaquita marina. Ahora la especie está en extinción, ¿cuál es su evaluación sobre esto?
–Tristemente va a desaparecer, quizá de ahí se aprenda de los errores para proteger otras especies.
Una cosa es hacer los planes, se presentan los estudios, y no se hace nada. Al final dicen: ya ves, se mueren porque no se puede hacer nada. Pero no es así, se mueren porque no se aplicaron las medidas.