La oposición priísta y panista en el Congreso afirmó anoche que el próximo secretario de seguridad, Alfonso Durazo, confirmó que los delegados del Presidente de la República en los estados podrán tener facultades en materia de seguridad pública. Diputados y senadores de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional rechazaron la intervención de los representantes, al señalar que para la materia de seguridad se requiere especialización.

En el contexto de la presentación de propuestas para la iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, y en particular del artículo 30 bis, por el cual se creará la dependencia encargada de la seguridad, el diputado priísta Luis Enrique Miranda reveló que en una reunión ayer por la mañana con Durazo, éste adelantó el papel que habrán de desempeñar dichos representantes: Los delegados del Ejecutivo van a ser suplentes de los gobernadores y secretarios técnicos de los consejos de seguridad. El tema de la seguridad es de alta especialidad y los delegados no cumplen con ese perfil. Es preocupante, y en ese grupo debe haber control de confianza para quienes están en los comités interinstitucionales. Hay que revisar los perfiles.

Frente a la inexperiencia de los diputados de Morena y Encuentro Social, Benjamín Robles –ex priísta y ex perredista, ahora legislador por el Partido del Trabajo–, defendió la propuesta de lo que la oposición había calificado de supersecretaría: Trasladar las actividades de seguridad nacional a seguridad pública no es aceptable; que la seguridad nacional se quede en la Secretaría de Gobernación y no en la Sedena ni en la Marina. ¡No, porque son de las instituciones más opacas de la administración federal!

Los viejos priístas aprovecharon que su compañero reveló el contenido de una reunión privada, por lo que la senadora Beatriz Paredes tomó la estafeta en la crítica a la función de los delegados del Ejecutivo: “De la ley no se desprende que los llamados superdelegados tengan vínculos con las tareas de seguridad pública. Eso sería verdaderamente gravísimo.

Hemos entendido que los delegados estarían vinculados a programas sociales; el perfil de alguien así es muy distinto para los temas de seguridad. Es fundamental que haya controles de confianza, que haya certidumbre. Rechazo categóricamente que los superdelegados tengan que ver con atribuciones en materia de seguridad pública.

Con ese tono, Dulce María Sauri también observó caos en la propuesta de la nueva secretaría, y lo hizo cargada de expresiones cantinflescas: Refleja la confusión en ésta que es la secretaría peregrina de la ley orgánica, y le llamo peregrina porque fue creada por (Vicente) Fox. En 2012 regresó a la Secretaría de Gobernación y ahora vuelve a ser una secretaría. Se suman consideraciones que causan confusión: esta ley introduce los conceptos de seguridad nacional abiertamente e indirectamente a la seguridad interior. Se están mezclando, y esto es una mezcla peligrosa para que se cumpla el propósito de brindar seguridad.