Salieron de Honduras para evitar ser acosados, amenazados y agredidos por ser miembro de la comunidad LGBTTTI (lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual) sólo para encontrar la misma suerte durante su travesía hacia el norte. Por ello, hoy piden a las organizaciones internacionales que los ayuden a conseguir transporte y llegar a salvo a su destino.

Mariela Ordóñez, mujer transexual que busca obtener la condición de refugio en Estados Unidos, decidió unirse al éxodo migrante por falta de trabajo y por ser víctima de discriminación. Hay mucho crimen de odio hacia nosotras, indicó.

Junto con ella, viaja un grupo de chicas que forman parte de esta comunidad.

Mariela narró que sobre la ruta, sus compañeros de tránsito las hostigan y agreden verbalmente por su forma de vestir o por el maquillaje que portan: “Nos hacen burla, nos hacen bullying. Nosotras vinimos huyendo de la criminalidad que hay en nuestro país, para que recibamos este tipo de agresiones hacia nosotras”.

Detalló que los varones son quienes más las molestan: “Nos sacan de las filas del baño para mujeres, piensan que somos payasitas (…) hay mucha discriminación”. Explicó que por un mal entendido que involucra dinero, incluso han recibido amenazas de muerte.

En relación con este tema, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha detectado que durante el recorrido de la caravana migrante, desde San Pedro Sula hasta Ciudad de México, uno de los sectores más vulnerables son los integrantes de la comunidad LGBTTTI+.

El quinto visitador general del organismo, Édgar Sosa Corzo, detalló que el grupo de esta comunidad no tiene una situación igualitaria dentro de la caravana ni ante las autoridades. Se les excluye, se les avienta, se les ha violentado, se les saca de las filas para recibir comida, ropa o víveres, se les impide el uso de los espacios para el aseo o el ingreso a los sanitarios, son objeto de burlas e insultos, entre otras agresiones.

Por ello, el visitador llamó a poner especial atención en la protección de este sector que suma alrededor de 90 personas en la caravana, de acuerdo con registros propios de la CNDH.