Martes 6 de noviembre de 2018, p. 6
Tokio. El más ilustre escritor japonés contemporáneo, Haruki Murakami, anunció que confiará a la Universidad de Waseda, en Tokio, sus archivos literarios y su discoteca para evitar que se dispersen tras su muerte y permitir a los investigadores analizar su obra.
‘‘Hace casi 40 años que escribo y acumulé tantos manuscritos, documentos y recortes de periódicos que ya no tengo espacio para conservarlos ni en mi casa ni en mi oficina’’, explicó el novelista de 69 años, en una infrecuente conferencia de prensa el domingo, la primera que ofrece en 37 años en Japón.
‘‘No tengo hijos y me molestaría que, tras mi desaparición, todo se disperse, por lo que aprecio mucho que la universidad en la que me formé se ocupe de mis archivos’’, añadió, según la transcripción de sus declaraciones en la web de la cadena pública NHK.
‘‘Que esto pueda ser útil a japoneses y extranjeros que quieran realizar investigaciones sobre mi obra me procuraría una alegría sin igual’’, aseguró, y precisó que le gustaría que ‘‘eso se convierta no sólo en una ocasión de realizar trabajos sobre sus libros, sino también en un lugar de intercambios culturales’’.
Más cuidado al coleccionar discos que libros
Las novelas, relatos y ensayos de Murakami se han traducido a más de 50 idiomas y tienen enorme éxito internacional. Él mismo es considerado un gran traductor de escritores estadunidenses, un trabajo que Murakami considera indispensable: ‘‘Si me hubiera limitado a la literatura japonesa, creo que me habría ahogado’’.
No obstante, ‘‘Japón es el mejor lugar’’ para sus archivos, sostuvo, incluso pese a haber pasado mucho tiempo en el extranjero durante su carrera.
Este melómano, que escribe escuchando música y hace referencia a obras musicales en todas sus novelas, también prevé dejar a la Universidad de Waseda su discoteca, compuesta por unos 10 mil vinilos, e incluso imaginó ‘‘conciertos de discos’’ en los que las personas podrían escuchar una programación de Murakami.
‘‘Puse más cuidado en coleccionar discos que libros’’, dijo.
Esa conferencia de prensa, en la cual estuvo prohibido filmar, fue un acontecimiento y confirmó que el autor, muchas veces considerado candidato al Premio Nobel de Literatura, se hace más visible.