En 2017, se registraron 145 denuncias por presuntos actos de hostigamiento y acoso sexual en 51 instituciones de la administración pública federal (APF); 91 por ciento de los casos las víctimas fueron mujeres; 8 por ciento, hombres, y en el restante no se especificó el género.

En el informe estadístico de registro de casos de hostigamiento y acoso sexual en la administración pública federal 2017, elaborado por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), se expone que 43 por ciento de los casos se señaló al superior jerárquico como agresor.

Las conductas de hostigamiento y acoso sexual más registradas son por contacto físico sugestivo o de naturaleza sexual (30 por ciento); insinuaciones, invitaciones, favores o propuestas a citas o encuentros de carácter sexual (10 por ciento); 7.5 por ciento de los reportes se manifestó el interés sexual por la persona.

En menor medida también se denunciaron expresiones o uso de lenguaje que denigra a las personas.

Según el documento, el mayor número de denuncias registradas fueron realizadas por mujeres de entre 35 y 39 años, con 12 por ciento de casos, seguido de las de entre 40 y 44 años y de 25 a 29 años.

Un 84 por ciento son mujeres las que denuncian a hombres por actos de hostigamiento y acoso sexual; 4 por ciento señalan a otras mujeres; 6 por ciento son hombres que acusan a hombres y uno por ciento son ellos que denuncian a mujeres.

En el informe se señala que los hombres de 45 a 59 años de edad fueron el grupo que fue más acusado por las denunciadas, con 34 por ciento documentado.

Se detalla que 36 por ciento de los casos al momento en que se reportó continuaba en trámite, de 17 por ciento no se especificó el estatus y sólo 14 por ciento se atendió y, tras su análisis, se emitió una opinión o recomendación.

Según la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, el hostigamiento sexual es el ejercicio del poder, en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral y escolar. Se expresa en conductas verbales, físicas o ambas, relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva.

El acoso sexual es una forma de violencia en la que, si bien no existe la subordinación, hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión.