La política salarial seguida por el actual gobierno tuvo como consecuencia precariedad en las condiciones laborales, sin seguridad social, contratación no permanente y sin prestaciones; se crearon puestos de trabajo, pero con menores percepciones y se destruyeron los que tenían mayores remuneraciones. Esta situación alcanzó a personas con más alta calificación y grado académico.

De acuerdo con el análisis El sexenio del empleo precario y los bajos salarios, realizado por investigadores del Observatorio del Salario de la Universidad Iberoamericana, reconoce la creación de un mayor número de empleos en el país de cualquier periodo sexenal, pero se dio fundamentalmente en trabajadores que perciben entre uno y hasta dos salarios mínimos.

Entre 2013 y el primer trimestre de 2018 se crearon 3 millones 189 mil 748 puestos de trabajo en ese grupo poblacional; por el contrario, donde más fuentes se perdieron, con un millón 58 mil 65 empleos, fue entre quienes reciben más de tres y hasta cinco minisalarios. A esto último hay que añadir que entre quienes ganan más de cinco se perdieron un millón 39 mil 213 empleos.

Miguel Santiago Reyes Hernández, director del Observatorio, señala que el estudio elaborado por investigadores de la Ibero campus Ciudad de México y Puebla, y académicos adscritos al Instituto de Investigación para el Desarrollo con Equidad de esa casa de estudios, indica que 64 por ciento de los trabajadores perciben entre uno y tres salarios mínimos, situación que los coloca por debajo de la línea de pobreza monetaria.

Identificó, también, que la pérdida de poder adquisitivo del ingreso laboral per cápita con el Índice Nacional de Precios al Consumidor es de 5.8 por ciento, mientras con el Índice de Costo de Vida del Observatorio de Salarios es de 21.5.

En el amplio análisis basado en gran medida con información oficial, se advierte que la mayor precariedad estuvo en el sector primario de la economía, que la pérdida de poder adquisitivo fue diferenciada en las distintas regiones del país, por lo que el norte y centro son las que perdieron mayor poder de compra, así como que el descenso de ingresos fue mayor entre quienes tienen más años de experiencia y grado académico.

En este punto, se indica que durante los primeros cuatro años del gobierno de Enrique Peña Nieto la brecha salarial entre los trabajadores con doctorado y maestría cayó en promedio 30 por ciento.

Además, concluye que la reforma laboral de 2012 se dio para aumentar productividad y reducir salarios.