París. Exhibición de documentales, fotos y espectáculos se mezclaron con llamados a despenalizar a los trabajadores sexuales este fin de semana en el festival Snap! en París, el primero de este tipo en Francia, que tuvo un marcado acento político.

Queremos crear nuestro propio mensaje como artistas y trabajadores sexuales, afirmó Marianne Chargois, cuyo filme documental Empower muestra la precariedad y la discriminación que padecen tres prostitutas con destinos distintos.

Ese proyecto aspira a colocar en primer plano a quienes viven del sexo y es parte de una panoplia de proyecciones, exposiciones, conferencias y exhibiciones, algunas con títulos muy provocadores: Putas y feministas, Trabajo sexual es trabajo o Servicio completo.

“En forma permanente supuestos ‘especialistas’ legislan en nuestro nombre y quieren ‘salvarnos’ de nuestra actividad como trabajadoras sexuales”, sostuvo Marianne Chargois, en alusión a la legislación francesa.

Vigente desde abril de 2016, la introdujo, entre otros puntos, la posibilidad de condenar a los clientes de las prostitutas, que pueden recibir multas que van de mil 500 euros hasta 3 mil 750, en caso de reincidencia.

Por culpa de esta ley han bajado los ingresos de las trabajadores del sexo y aumentado los actos de violencia de los cuales son objeto, sostuvo Thierry Schaffauser, portavoz de Strass, el sindicato de trabajadores sexuales.

Schaffauser recordó el asesinato de Vanesa Campos, transexual peruana, en el Bosque de Boulogne, en la periferia acomodada de París.

Lugares aislados y peligrosos

La nueva ley francesa forzó a las trabajadoras del sexo a desplazarse a sitios más aislados donde deben esperar a sus clientes, alejados de la policía y, por ello, más peligrosos, señaló el portavoz de Strass.

▲ El actor suizo Daniel Hellman besa a la sexoservidora francesa Mía en la tienda que instaló en el festival, en la cual ofrece servicio completo. Todo por 11 euros.Foto Afp

El sindicato es coorganizador del festival Snap!, escenificado en el noreste de París, no muy lejos de los sectores Republique y Bastille, centros de la vida nocturna juvenil parisina.

Mientras no se despenalice el trabajo sexual, nada va a cambiar, enfatizó Maïa Izzo-Foulquier, coordinadora de la exposición fotográfica del festival.

Con ese fin Strass, junto con otras ocho organizaciones y cinco trabajadoras sexuales, presentaron un recurso urgente sobre la constitucionalidad de la ley ante el Consejo de Estado, que este lunes debe resolver si la envía al Consejo Constitucional

Pero más allá del aspecto jurídico, Snap! propone una reflexión global de la sociedad sobre el trabajo en el ámbito del sexo.

El suizo Daniel Hellmann instaló una tienda en el festival con la leyenda servicio completo, y promete en el interior, lejos de las miradas y contra un pago, “todo tipo de servicios.

Esto puede ir de una felación hasta la escritura de un poema o algunos consejos espirituales. Nos ponemos de acuerdo antes sobre el servicio y el precio. Se trata de poner en cuestión nuestra relación con el trabajo, y no hablo solamente del trabajo sexual, añade.

Mia, trabajadora sexual llegada del oeste de Francia, sale de la tienda con una sonrisa en los labios, Daniel Hellmann le hizo un cariño y besos en el cuello durante 10 minutos. Todo por 11 euros.

Es la primera vez que soy yo quien negocia el precio de un servicio, afirmó sonriendo Mia, quien precisa que ella tiene tarifas fijas con su clientela, porque si hubiera que negociar cada vez no se termina nunca.

Sin dudarlo, sostuvo que hablar del trabajo sexual nos coloca a la luz, y tener el festival muestra que no somos maquinas de follar.