Con el cambio de administración en Cuauhtémoc, bares y antros, así como construcciones que habían sido suspendidas o clausuradas, reanudaron actividades, a pesar de que no se han subsanado las irregularidades, denunciaron habitantes de la colonia Hipódromo.

En conferencia de prensa detallaron que sobre la avenida Tamaulipas tienen identificados al menos 20 giros mercantiles que operan con irregularidades, pero éstos se extienden a otras calles. Entre estos negocios se encuentran La Matilda, WF, la Bendita Cantina y El Garage.

“Son los mismos que hemos denunciado en cada nueva administración. En el plan de desarrollo urbano están prohibidas las chelerías y el uso de suelo es habitacional, por lo que todo lo que encontramos es irregular. Si eso lo sabemos nosotros, por qué la autoridad lo ignora”, cuestionó Quetzal Castro, del comité vecinal.

Como botón de muestra, detalló el caso de una terraza en el restaurante bar WF que no cumple con las medidas de protección civil. Desde que se inició su construcción se denunció, pero sólo se logró mantenerla suspendida 15 días, y en la actualidad funciona con una lona para proteger a sus clientes de la lluvia.

Bernardo Jiménez, vecino de la colonia, explicó que la alcaldía de Cuauhtémoc autoriza la apertura de restaurantes, pero en realidad operan como bares y cantinas, con horarios que se prolongan hasta la madrugada y sin respetar el aforo al que están obligados, pues el consumo de bebidas alcohólicas se extiende a la vía pública.

Rafael Guarneros, de la Asociación de Residentes de la Colonia Hipódromo, afirmó que la ausencia de la autoridad ha provocado que en algunos de estos lugares incluso se facilite el narcomenudeo.

Los vecinos pidieron que se habilite un portal con listado completo de los giros mercantiles establecidos en las colonias Hipódromo, Condesa y Roma, con cada uno de los permisos que requieren para su operación.

Además de los negocios, en la colonia Hipódromo se tienen identificados 48 desarrollos inmobiliarios en proceso, de los cuales 12 no cumplen con las normas de construcción. Un caso emblemático es el de avenida Baja California número 370, que excedió el número de niveles permitidos, pero la constructora ha recurrido a argucias legales para evitar su derribo.

También está la demolición de un inmueble catalogado por el Instituto Nacional de Bellas Artes en Insurgentes número 511, que fue invadido y después tirado sin que las autoridades intervengan, refirió.