Arabia Saudita no quiso dejar rastro de él
Benjamín Netanyahu señaló la importancia de la estabilidad
en Riad para la región y el mundo
Sábado 3 de noviembre de 2018, p. 22
Ankara. El cuerpo del periodista saudita Jamal Khashoggi, asesinado el 2 de octubre en el consulado de su país en Estambul, fue desmembrado para disolverlo en ácido
más fácilmente, señaló un consejero del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en declaraciones al diario turco Hürriyet, publicadas ayer.
La orden de asesinar al periodista opositor vino de los niveles más altos
del gobierno de Riad, aseguró Erdogan en un artículo de opinión publicado esta semana en el diario estadunidense The Washington Post.
Los agentes del gobierno saudita disolvieron
los restos del periodista de 59 años, que además fue desmembrado en 15 partes, explicó el jueves pasado Yasin Aktay, un asesor de Erdogan, que también era amigo del periodista asesinado.
Aktay precisó que después de que el reportero opositor fue estrangulado al ingresar al consulado saudita, éste fue cercenado: Sabíamos que el cuerpo de Khashoggi estaba desmembrado. Según la información más reciente, la razón por la que cortaron el cuerpo fue para disolverlo más fácilmente. Estaba destinado a no dejar rastro
, explicó el asesor al rotativo.
El asesinato de una persona inocente es un delito. El tratamiento del cuerpo es un delito separado
, acusó Aktay, quien fue el primer funcionario del gobierno de Turquía contactado por Hatice Cengiz, la prometida turca de Khashoggi, tras la desaparición del reportero disidente, quien fue acusado de islamista radical por el príncipe heredero Mohammed bin Salmán.
El presidente Erdogan acusó a los más altos niveles
sauditas por el asesinato de Khashoggi y exculpó al rey Salmán, a quien llamó el guardián de las santas mezquitas
.
Sabemos que los perpetradores del crimen están entre los 18 sospechosos detenidos en Arabia Saudita. Sabemos que esos individuos vinieron a Turquía para llevar a cabo sus órdenes: maten a Khashoggi y váyanse
, escribió Erdogan para The Washington Post.
El premier israelí Benjamín Netanyahu, cuyo país comparte con la sunita Arabia Saudita su hostilidad hacia Irán (chiíta), señaló la importancia de la estabilidad
del reino para el mundo y la región, aunque calificó de horrible
el asesinato de Khashoggi.
En este contexto, Washington aprovechó la vulnerabilidad
de Riad por el caso Khashoggi y pidió esta semana el fin a la guerra en Yemen, que tras tres años de duración ha ocasionado la muerte de unas 10 mil personas y por el que miles más están al borde de la más severa hambruna, según la Organización de las Naciones Unidas.