Los adolescentes tendrían que abstenerse por su seguridad
Viernes 2 de noviembre de 2018, p. 9
Luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) abrió la puerta a la regulación del consumo recreativo de la mariguana, se requiere información sobre los efectos de esta droga, según Herminia Pasantes, neurocientífica e investigadora emérita del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2001, explicó en entrevista que se trata de una droga suave, que diversos estudios han mostrado que, a diferencia de otras, no es tan adictiva, no causa agresividad, no mata por sobredosis, ni es la puerta de entrada a drogas más fuertes. Todo lo anterior no significa que sea inocua, pues puede tener efectos adversos, en particular para los adolescentes, ya que su consumo interfiere con la maduración del cerebro.
Desde su punto de vista, hay que informar a los jóvenes de esto y tratar de convencerlos de que por lo menos esperen a tener 20 o 21 años de edad para consumirla con más seguridad
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Hay muchos mitos en torno a esta hierba, sostuvo, pero hay estudios científicos que han encontrado que su consumo no produce depresión, esquizofrenia o cáncer de pulmón.
Se sabe también que uno de cada 10 consumidores adultos desarrolla adicción a la droga y que esta cifra puede ser mayor entre los jóvenes.
Pasantes describió que hay consumidores moderados, que consumen una vez al día mariguana, y a los que probablemente ésta no les causará problemas. Hay otros que la fuman varias veces durante el día y pueden sufrir adicción. Pero que ni en ellos los científicos han detectado claramente problemas en el cerebro
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Cada individuo y cada cerebro reaccionan de distinta manera ante el consumo de la mariguana. “Por ello, si alguien decide que el uso de la cannabis es la forma por la que quiere conseguir satisfacción, tiene que ir explorando y estar alerta frente a problemas de adicción”.
Pasantes expresó que se opone en general al uso de drogas y alertó que hay algunas muy peligrosas, como el alcohol, que es altamente adictivo y dañino, pero que ese no es el caso de la mariguana.
La científica no consume cannabis, pero interpuso un amparo para que le permitan sembrarla para uso personal y hace dos meses un juez falló a su favor. Lo hizo, dijo, porque defiende la libertad de los adultos.