Prevén escasez el resto del año
Daños en la red de distribución; los pozos de Acaponeta están sucios
Viernes 2 de noviembre de 2018, p. 27
Tecuala, Nay., Epifanio Benítez González, de 74 años de edad, camina lento. Sortea sillas y ropa tirada en el lodo; observa el desastre que el huracán Willa dejó en el ejido Agua Verde hace nueve días.
A causa del meteoro perdió todo el menaje de su casa, ubicada junto a una escuela primaria que quedó destrozada y cuyos mesabancos y sistemas de aire acondicionado están tirados fuera del inmueble. ‘‘Le doy gracias a Dios porque tengo unos nopales en el solarcito’’ para venderlos, indicó.
Los servicios de electricidad y agua potable se suspendieron desde que Willa azotó la región, el pasado 23 de octubre. Benítez González salió de su comunidad antes de la llegada del huracán para ir al sepelio de una hermana, y al volver ‘‘encontré el desastre’’.
El comisario ejidal de Agua Verde, Gregorio Benítez, dijo que no tuvo tiempo de salvar sus pertenencias y perdió casi todo, salvo tres camionetas que dejó en la carretera y recuperó jalándolas con un tractor.
En Tecuala ‘‘no tenemos agua potable porque los tubos se rompieron. Hay unos pozos cerca de Acaponeta, pero está sucia, hedionda. Mejor tomamos de garrafón’’.
Agregó que ‘‘aquí todas las casas se inundaron. En las menos perjudicadas el agua llegó a metro y medio’’ de altura. ‘‘Arriba (en el techo) dormimos mi esposa yo, dos niños y una nuera, todos amontonados’’.
Alberto Ruiz, también vecino de Agua Verde, donde habitan un centenar de familias aseguró que ese poblado necesita gente que ayude a limpiar, botas y trascabos
, así como pipas de agua y recolección de basura. Calculó que se quedarán sin agua potable al menos hasta diciembre por los daños que Willa causó a la red. “Ahora viene lo peor, el lodo y las enfermedades’’.