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Virgen, sólo 23% de la superficie de la Tierra; hace un siglo era 85%

Entre 1993 y 2009 se perdió un espacio natural equivalente al tamaño de India

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▲ Por primera vez se han cartografiado las áreas marítimas y terrestres aún puras, y se ha demostrado que no quedan muchas. En la imagen, el área de conservación de vida salvaje de Lewa, al pie del monte Kenia, la segunda montaña más alta de África.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Viernes 2 de noviembre de 2018, p. 2

París. Más de 70 por ciento de los espacios vírgenes de actividad humana en la Tierra están en cinco países, entre ellos Estados Unidos, Brasil y Rusia, cuyas políticas preocupan a los defensores del medioambiente.

Los lugares salvajes, es decir, tierras y mares no afectados por la expansión humana y la explotación a escala industrial de los recursos naturales (bosques, energías fósiles, tierras cultivables), representan en la actualidad 23 por ciento del planeta, según un artículo publicado en la revista Nature.

Estos espacios suponen un refugio vital para miles de especies amenazadas por la deforestación o la sobrepesca y son algunas de las mejores defensas de las que disponen los humanos contra los devastadores fenómenos meteorológicos provocados por el cambio climático.

Hace un siglo, todavía representaban 85 por ciento. Y sólo entre 1993 y 2009 se perdió una superficie equivalente a India.

El estudio publicado por Nature muestra que más de 70 por ciento de estos territorios preservados (sin tener en cuenta la Antártida) se concentran en cinco países: Rusia, Canadá, Australia, Estados Unidos y Brasil.

Por primera vez hemos cartografiado las zonas de naturaleza virgen, tanto terrestres como marítimas, y mostrado que no quedan muchas, explicó James Watson, profesor de la Universidad de Queensland y autor principal del estudio.

Unos pocos países poseen muchos de estos territorios vírgenes y tienen una responsabilidad enorme para preservar las últimas regiones salvajes.

Los investigadores se apoyaron en datos compartidos para medir el impacto humano en la vida salvaje a través de ocho indicadores, como los espacios cultivados, las infraestructuras y el urbanismo.

Para los océanos usaron datos sobre la pesca, el transporte marítimo y la contaminación. El resultado fue que sólo 13 por ciento de los mares están poco o nada afectados por las actividades humanas, principalmente en los polos.

Este estudio llega tras la publicación, el martes, del informe Planeta Vivo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que mostró que, debido a la presión humana, las poblaciones de vertebrados salvajes se redujeron 60 por ciento entre 1970 y 2014.

Al igual que la extinción de las especies, la erosión de los espacios salvajes es globalmente irreversible, constatan los investigadores.

Rusia, Estados Unidos y Brasil, que acaba de elegir como presidente al ultraderechista Jair Bolsonaro, no consideran una prioridad la protección del medioambiente.

La taiga rusa (territorio inhabitado) y el permafrost (suelo congelado durante dos años seguidos o más) contienen millones de árboles que absorben el carbono de la atmósfera, moderando el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Pero Rusia apuesta fuerte por el desarrollo de la ruta marítima del norte del Ártico, que se hizo más practicable con el deshielo provocado por el cambio climático.

Por su parte, Donald Trump anunció el retiro de Estados Unidos del Acuerdo sobre el Clima de París, y Jair Bolsonaro, apoyado por los poderosos grupos de presión agroindustriales, anunció que fusionará los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente, lo que podría poner en peligro la protección de la selva amazónica.

Para preservar las tierras salvajes, hay que detener la industria y prohibir a la gente acceder a ellas, afirma James Watson.

Los países deben legislar y no dejar que la industria penetre. La naturaleza necesita una pausa, insiste.

Los científicos piden una legislación más estricta para proteger estas tierras de los objetivos industriales y una reforma de la financiación para proteger mejor los bosques.

No podemos explotar por todas partes y estos países aún disponen de estos bastiones de tierras salvajes. Creo que el mundo apreciaría que resistan y digan 'vamos a cuidar de estas regiones'.