Maestros disidentes iniciaron una campaña, a través de las redes sociales, para manifestar su rechazo a la evaluación del desempeño docente, programada para aplicarse del 3 al 25 de noviembre a profesores y directivos de prescolar, primaria, secundaria y bachillerato.

Los educadores difundieron en sus cuentas personales de Twitter y Facebook sus fotografías portando carteles con leyendas como: Por dignidad y conciencia, no haré la evaluación punitiva; Soy maestra y no acepto la reforma y la evaluación, y He resistido contra la evaluación punitiva desde 2015 y no presentaré ninguna etapa en 2018.

Los docentes inconformes, que incluyen a maestros de la secciones 9 y 10 de Ciudad de México y 36 del valle de México, también solicitaron directamente a las autoridades educativas la baja del registro para participar en la evaluación.

Hay mucho temor en un sector de los compañeros porque la presión de inspectores, supervisores, jefes de sector y directores no se ha frenado un ápice, pero también existen muchos maestros que están dispuestos a mantenerse en la lucha y no permitir más humillaciones ni abusos, sostuvieron profesores convocados a la evaluación, y quienes manifestaron: no vamos a participar en ninguna de las etapas de evaluación, y eso incluye el denominado examen estandarizado.

En entrevista con La Jornada, los profesores Pedro Ramírez, Aurelio Flores, Juana Hernández, Marlene Hernández, Nancy Patiño, Michel Pérez y Javier Castro, integrantes del magisterio democrático del valle de México, señalaron que desde hace más de una semana los directores de escuelas de formación básica han insistido con los docentes para que se sumen al proceso de evaluación. Aseguran que son más los beneficios que ofrece, pese al cambio de administración federal.

▲ Profesores disidentes difunden en sus cuentas de Twitter y Facebook fotografías con carteles contra el examen.Foto Laura Poy

Explicaron que cuando argumentamos que no estamos de acuerdo con este modelo de evaluación y que probablemente será modificado, por lo que consideramos que no tiene ningún sentido que se obligue a los maestros a participar, la respuesta es que se debe cumplir, pese a todo, con lo que marca la Ley General del Servicio Profesional Docente, aunque sea una pérdida de tiempo y recursos.

Indicaron que los representantes del sindicalismo institucional, incluso están llamando a los profesores a que todo aquel que no quiera participar en la evaluación del desempeño, deje constancia en una carta enviada a su secretario seccional en cada entidad, es decir, son los propios institucionales quienes están saboteando la prueba.

Indicaron que, pese a las presiones y a que aún prevalece mucho temor por el futuro laboral de miles de maestros, cada vez somos más los compañeros que decidimos mantenernos en resistencia y no sumarnos a una evaluación que desde su primera aplicación, en 2015, se quería imponer no para mejorar la educación en México, sino para acabar con los derechos laborales de los educadores.