La segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) concedió la protección federal a trabajadores mexicanos que laboraron de forma legal en Estados Unidos por décadas, quienes han exigido la entrega de los recursos que entre 1941 y 1964 les fueron descontados de su salario como parte de un plan de ahorro cuando participaron en ese programa.

La decisión del máximo tribunal ordena a la Secretaría de Gobernación que estudie nuevamente la petición de los trabajadores migratorios y emita una respuesta congruente con lo solicitado, es decir, se les devuelvan esos ahorros.

De acuerdo con información proporcionada por algunos ex braceros que estuvieron presentes durante la sesión de este miércoles, cada uno deberá recibir entre uno y 4 millones de pesos, y el número de participantes en ese programa es de 5 mil 600 beneficiarios.

En las últimas dos décadas los grupos de trabajadores han solicitado por la vía jurídica que se les devuelva lo que aportaron a ese fondo; en este caso, corresponderá al próximo gobierno federal resolver de manera definitiva el problema.

En su resolución, los ministros señalan que la Secretaría de Gobernación respondió a los braceros no poder atender la petición porque carecía de facultades y que sólo podía resolver cuestiones relacionadas con el Fondo de apoyo social para ex trabajadores migratorios mexicanos aprobado por el Congreso de la Unión.

Sin embargo, la segunda sala resolvió otorgar el amparo a los quejosos en virtud de que la respuesta no fue congruente con lo solicitado, toda vez que la Secretaría de Gobernación dejó de considerar que ese fondo fue creado precisamente para atender las demandas de ese grupo social.

El programa Bracero consistió en un acuerdo entre México y Estados Unidos para que trabajadores mexicanos laboraran en ingenios azucareros en la región de Stockton, California, y luego se extendió para otras actividades en aquel país, a cada uno se les descontó 10 por ciento de su salario y se depositó al principio en bancos estadunidenses y después se transfirió al Banco de México, que a su vez lo transfirió a lo que ahora se conoce como Banco Nacional de Crédito Agrícola Rural (Banrural).