Juchitán, Oax., La mayoría de los integrantes de la Caravana Migrante permanecieron por segundo día consecutivo en este municipio de la región del Istmo de Tehuantepec: alrededor de 5 mil se refugiaron en la terminal de autobuses y el resto, más de mil, continuó su periplo a pie, algunos hacia Ixtepec, Matías Romero, Tehuantepec y Jalapa del Marqués; 40 solicitaron voluntariamente su repatriación.

Ante la posibilidad de que a los centroamericanos se les apoyara con autobuses para continuar su recorrido, ayer, los concesionarios del servicio público colectivo de transporte de pasajeros, urbanos, suburbanos y turísticos de la ciudad de Oaxaca y municipios conurbados, informaron que no podrán brindarles el servicio, ya sea en renta o préstamo.

Esta determinación, argumentaron en un comunicado, es con la finalidad de garantizar la atención a la sociedad oaxaqueña, que día a día utiliza nuestros servicios para sus diversas actividades. Además, buscamos proteger nuestro patrimonio, la seguridad de nuestras unidades y de la ciudadanía.

De los 5 mil extranjeros que este miércoles permanecieron en Juchitán, una tercera parte son niños y menores de edad, otra son mujeres, 18 de ellas embarazadas (una de las cuales dio a luz ayer) y el resto son varones, la mayoría de entre 18 y 45 años.

Soportando un calor de 35 grados centígrados, los migrantes se mantuvieron a la espera de los resultados de la reunión entre la comisión que acudió a dialogar con las autoridades federales sobre la solicitud de que se les proporcione transporte público para trasladarse a Ciudad de México.

Algunos recorrieron las calles de Juchitán en busca de casas de cambio, pues dicen que las pocas monedas mexicanas que traían se les terminaron; otros se apostaron en los cruceros para pedir a la ciudadanía un apoyo.

Los niños fueron atendidos en el espacio que habilitó la fundación internacional Save the Children, la cual brinda atención educativa y de esparcimiento. Las autoridades de Juchitán acordaron seguir ayudando con alimentos y ropa a los viajeros hasta que abandonen la localidad.

En los altavoces que instaló el gobierno municipal se anunció a la hora de la comida que el gobernador Alejandro Murat y su esposa Ivette Morán fueron quienes proporcionaron los alimentos.

La ayuda solidaria de la sociedad civil es evidente: feligreses de la religión católica y nazarena acudieron a brindar alimentos, comida y algunas ropas para los miles de centroamericanos.

Los muxes de Juchitán (hombres que asumen un rol femenino) acudieron a brindar ayuda a sus compañeros de la comunidad de la diversidad sexual que forma parte de la caravana.

En el terremoto del año pasado llegaron los migrantes y nos ayudaron, muchos sin cobrarnos un centavo, ahora venimos a tenderles la mano, comentó uno de ellos.

Un grupo de 40 migrantes optó por pedir su repatriación a personal del Grupo Beta del Instituto Nacional de Migración.

Por la noche, la comisión que dirige la caravana informó que a partir de las tres de la madrugada de este jueves continuarán su camino rumbo al municipio de Jalapa del Marqués.