Los partidos Acción Nacional y Morena en el Congreso de Ciudad de México endosaron a la titular de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), Tanya Müller García, una gestión que será recordada como la gran deforestadora por casos como el derribo de 166 árboles para edificar el complejo comercial Patio Tlalpan y 300 más por una tienda Walmart en Xochimilco, así como por su incapacidad para detener la pérdida sistemática de suelo de conservación.

En su comparecencia ante la Comisión de Preservación del Medio Ambiente, Protección Ecológica y Cambio Climático, la funcionaria reconoció que sin duda el tema de suelo de conservación es una gran deuda que tenemos, y culpó a la extinta Asamblea Legislativa (ALDF) por no haber destinado recursos suficientes al programa Pago por servicios ambientales en las últimas legislaturas.

Ante esto la diputada del blanquiazul, Gabriela Salido Magos, quien fue asambleísta durante la sexta Legislatura le recordó que en la entonces ALDF tenía mayoría el PRD, partido afín a la actual administración y la Sedema, en tanto que la legisladora de Morena, Guadalupe Chavira de la Rosa, apuntó que era responsabilidad del mismo gobierno asignar de origen más recursos a ese fin.

Se disminuyó considerablemente el presupuesto que se ejercía en años anteriores a estas áreas comparado con otros territorios. Se privilegió también la idea urbana, cuando la mitad de la capital es rural o semirrural.

Salido advirtió que sí hubo una mala distribución de prioridades en la aplicación de los recursos, de tal manera que el informe que entregó la dependencia parecía más un folleto turístico que no refleja la realidad que percibe la mayoría de los capitalinos: Han hecho una serie de programas muy rosas como el Festival del Bosque de Chapultepec, Lancha Cinema, Picnic Nocturno, pero de ninguna manera eso atiende a una de las funciones sustantivas de la secretaría más allá de todos los reconocimientos internacionales que podamos tener, como es precisamente lo que se refiere a nuestro suelo de conservación.

En entrevista posterior, Müller refirió que un estudio con el Instituto de Geología de la UNAM arrojó que 3 por ciento de suelo de conservación está ocupado por asentamientos humanos irregulares, lo que representa un poco más de 2 mil 700 hectáreas.