Viernes 26 de octubre de 2018, p. 20
Al tomar para México la presidencia conjunta con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore), el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, señaló que no corren buenos tiempos para las democracias.
Alertó que ocurren embates externos contra los organismos en la región, que pueden ser parte de tentaciones autoritarias de quienes pretenden socavar su autonomía.
Ante representantes latinoamericanos, Córdova agregó: Tal vez más grave incluso es el desafío de quienes desde el interior de las autoridades electorales buscan y asumen un rol de permisividad o de complacencia con quienes ejercen el poder político. Ambas son expresiones graves de debilidad, que erosionan irreversiblemente la democracia desde el ámbito mismo de su legitimidad de origen, desde las elecciones mismas
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En este contexto, representantes de organismos electorales alertaron sobre otra vertiente de presiones que pretenden minar la independencia y autonomía mediante las restricciones presupuestales. Al depender del otorgamiento de los recursos económicos para su operación, suelen acotar los márgenes de autonomía con la que cuentan.
En su oportunidad, la magistrada presidenta del TEPJF, Janine Otálora –quien copresidirá la Uniore hasta 2020 con Córdova– aseveró que es momento de avanzar en el fortalecimiento de los organismos electorales en la región mediante la consolidación de su carácter independiente, la profesionalización de sus estructuras y la cooperación internacional que permita aprender de las experiencias en otros países.
Córdova destacó que en paralelo a estas tentativas hay un real de-sencanto por las democracias en la región, como muestra el Latinobarómetro: “No es cosa menor que –de acuerdo con el informe 2017 del Latinobarómetro– el apoyo a la democracia como forma de gobierno está cinco puntos por debajo de los niveles que se tenían en 1995, al haber pasado de 58 por ciento a 53 por ciento en ese lapso”.
Asimismo, precisó, la satisfacción con el funcionamiento de la democracia cayó 8 puntos, de 38 a 30, en el mismo periodo. Y (preocupa) que la confianza en los parlamentos, instituciones centrales de la democracia, haya disminuido cinco puntos, al igual que la confianza en los partidos políticos
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