El personaje tiene derecho a contar su historia en la que fue engañado y traicionado, explica el actor Ernesto Godoy a La Jornada
Jueves 25 de octubre de 2018, p. 8
Un fantasma recorre el Alcázar de Chapultepec, delirante, poderoso y frágil en sus últimas horas. Se trata de Maximiliano de Habsburgo, segundo emperador de México y único monarca del denominado Segundo Imperio Mexicano.
Va de la mano del público que asiste cada domingo al monólogo Imperio, interpretado por el actor Ernesto Godoy, en una puesta en escena dirigida por Rodrigo González y que este año llega a su quinta temporada.
La obra está basada en la novela homónima de Héctor Zagal que relata los últimos tres días del monarca, preso en una celda de un convento de Querétaro, donde aguarda su fusilamiento, enfermo de disentería y medicado con opio.
El emperador Maximiliano resiste, rodeado de sus visiones, anhelando su tierra, sus amores y reprochando su suerte a los mexicanos, de quienes dice: ‘‘siguen necesitados de sacrificios humanos... ¡hijos de Huitzilopochtli”.
Nada sencillo ha sido interpretar a un personaje con tantos matices, sostiene Godoy (Ciudad de México, 1970), en entrevista con La Jornada; desde hace dos años interpreta al personaje, en sustitución de Sergio Kleinbaum, con quien se estrenó esa obra.
Añade que es un ‘‘privilegio alucinante” actuar en un escenario como el Castillo de Chapultepec, que en la actualidad alberga al Museo Nacional de Historia. Sobre todo, ‘‘para el público es muy interesante conocer una de las peores ideas del siglo XIX: mandar a un Habsburgo de emperador.
‘‘Para muchos, México es un bellísimo y gran cuerno de la abundancia, y aquí vemos cómo su fuerza más grande, que es su gente, se ha defendido con dientes y garras de los intereses internacionales que han puesto sus ojos sobre la riqueza nacional.
Héroe trágico
‘‘Maximiliano –prosigue Ernesto Godoy– es un príncipe que, como los mirreyes de la actualidad, vive alejado de la realidad, del mundo de a pie, de quienes viven con 20 pesos al día; por eso se sorprende de las reacciones en su contra. Al final sabe que le caerá la mano de la justicia encima.
‘‘Maximiliano es un personaje que tiene toda la trayectoria de un héroe trágico; sabe que se vino a meter donde no lo habían llamado. Como actor, fue un reto tratar de encontrar el sentido de la realeza, para pensar en qué significa ser un soberano, poder transmitirlo y que al final el público tenga compasión de él, porque Maximiliano tiene derecho a contar su historia, en la que fue engañado y traicionado.
‘‘Fue un ingenuo y, sin embargo, llegó con la espada liberal desenvainada. A Carlota le decían La Roja, los clérigos le reclamaban que regresara los bienes de la Iglesia que nacionalizó Benito Juárez, y les dio la espalda a los conservadores”, expresó.
Godoy, en un juego de imaginación, dice que si se encontrara a Maximiliano antes de su llegada a México ‘‘le daría un fuerte abrazo, le diría que lo quiero y ‘valor camarada, adelante, dé lo mejor de usted’”.
La última función de la temporada del monólogo Imperio será este sábado a las 20 horas en el Castillo de Chapultepec. Después del cierre del bosque, el acceso es únicamente por la Puerta Pasillo Metro. En caso de llevar automóvil, por Puerta Leones. Estacionamiento gratuito, junto al Museo del Caracol.