l candidato ultraderechista a la Presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, ha reanudado su campaña tras obtener un imponente 46.03 por ciento de los votos el domingo, un resultado celebrado con fuerza por los mercados.
Bolsonaro se medirá en segunda vuelta el 28 de octubre con Fernando Haddad, el heredero del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien se quedó en 29.28 por ciento de los votos. Será necesario un vuelco radical, casi imposible dados los resultados de este domingo, para que Bolsonaro no se convierta en el próximo presidente de Brasil. ( El País, 10/10/18).
Si esto es cierto, Brasil revivirá una historia pasada del fascismo. Lo que llama la atención es que 46 por ciento de la población está de acuerdo con la ideología del candidato presidencial. Los grandes dictadores europeos y latinoamericanos en el imaginario latinoamericano. El sicoanálisis iluminado por el ente filosófico de Paul Ricœur Memoria, historia y olvido (Fondo de Cultura Económica) entra como anillo al dedo antes de la próxima elección. La memoria impedida evocada en ‘‘Rememoración, repetición, per-elaboración” y en ‘‘Duelo y melancolía” es una memoria olvidadiza. Recordamos la observación de Sigmund Freud: el paciente repite en lugar de acordarse. El lugar de: la repetición equivale al olvido. Y el mismo olvido es llamado un trabajo en cuanto que es obra de la compulsión de repetición, la cual impide la toma de conciencia del acontecimiento traumático. En este aspecto, la primera lección del sicoanálisis es que el trauma permanece incluso cuando es inaccesible, indisponible. En su lugar surgen fenómenos de sustitución, síntomas que enmascaran el retorno de lo inhibido bajo formas diversas ofrecidas al desciframiento realizado en común por el analista y el analizado. La segunda lección es que, en circunstancias particulares, pueden volver partes enteras del pasado tenidas por olvidadas y perdidas.
El psicoanálisis es así para el filósofo el aliado más fiable en favor de la tesis de lo inolvidable. Fue incluso una de las convicciones más fuertes de Freud: el pasado experimentado es indestructible. Esta convicción es inseparable de la tesis del inconsciente declarado zeitlos –el resto sustraído– sustraído al tiempo, entiéndase al tiempo de la conciencia, con su antes y su después, sus sucesiones y sus coincidencias.
Y nuevamente a temblar…