Mantener la memoria viva del movimiento estudiantil de 1968 y dar cuenta de los derechos ciudadanos en el país es el leitmotiv de la exposición M68: Memorial del 68, montada en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT).

Reúne diversas piezas artísticas a partir de información y materiales históricos (documentos, fotografías, audio y video), obras cuyo soporte se articula con dispositivos digitales.

De acuerdo con Ander Azpiri, subdirector académico del CCUT, y el investigador Luis Vargas Santiago, coordinador del equipo curatorial de la muestra, M68 significa muchas cosas; lo mismo remite a memorial, mujeres, migrantes, museo, medio ambiente o movimiento.

La exposición comienza con un video introductorio que difunde por qué 1968 fue crucial en el mundo, pues se defendieron anhelos, sueños y luchas colectivas, los jóvenes se expresaron y buscaron formas alternativas de hacer política.

Ese proyecto se comenzó a trabajar en 2014, dijo Azpiri.

Hay dos recorridos: uno centrado en la gesta estudiantil del 68, en el que se presentan, entre otras piezas, una instalación de la chilena Voluspa Jarpa, que tiene que ver con la transparencia de la información, la CIA y la Dirección Federal de Seguridad.

Y otra instalación, del mexicano Plinio Ávila, alusiva a la vigilancia del Estado, en la que el artista ‘‘parodia las teorías del complot, la paranoia estatal y la construcción del perfil de los estudiantes del 68 como enemigos públicos’’.

También se muestra una maqueta interactiva sobre la masacre del 2 de octubre, en la que mediante la realidad aumentada con ayuda de un teléfono móvil o un iPad se aprecia la movilización militar de ese trágico día.

En la pieza Semillas se nombran a las víctimas del 68 en tres categorías: muertos, heridos, detenidos y desaparecidos. Esta obra tiene dos ciclos: uno de 60 minutos, en el que aparecen unos 2 mil nombres; y otro ciclo que ocurre cada 24 horas, cuando a las 18:10 horas, cuando se lanzó la primera bengala que marca el arranque de la matanza. La obra ‘‘explota” y vuelve a comenzar otro ciclo de nombres.

Otra obra es una experiencia de cine expandido en 360 grados sobre las formas colectivas de memoria y participación. El visitante también verá la pieza sonora El coraje de decir la verdad, con testimonios orales de varios participantes en el movimiento estudiantil.

Hay un muro de caricatura política, el cual exhibirá cada tres meses trabajos de diferentes autores.

Otra instalación es una recreación de una oficina de la Dirección Federal de Seguridad, en la que en sus paredes destaca una lista de nombres de los guerrilleros de la Liga 23 de septiembre.

Relevancia histórica

La exposición permanente será promovida entre los jóvenes para que conozcan la relevancia histórica y política del 68 y ‘‘cambiará lo que se exhibe de manera continua”, dijo Azpiri.

La exposición recupera documentos de 35 archivos de universidades, instituciones públicas y gubernamentales, organismos de la sociedad civil, medios de comunicación y archivos personales de participantes y activistas de las movilizaciones.

Asimismo, se exhiben varios objetos de la exposición anterior del Memorial del 68, como la puerta de San Idelfonso que sufrió el impacto del bazucazo, los testimonios de sobrevivientes recopilados en 2007 y Cuentos patrióticos de Francis Alÿs.

Con en este nuevo espacio, en el que se esperan más de 70 mil visitantes al año, se busca fortalecer la organización colectiva en México.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Coordinación de Difusión Cultural (CulturaUNAM) y el CCUT abren las puertas de este recinto que es la expresión museográfica del repositorio digital M68, Ciudadanías en Movimiento.

La exposición permanente M68: Memorial del 68 se propone como un organismo vivo que seguirá creciendo con base en las aportaciones que se realicen al repositorio M68: Ciudadanías en Movimiento.

La entrada al CCUT (Ricardo Flores Magón 1, Tlatelolco) es gratuita de martes a domingo de 10 a 18 horas.