os huicholes están desde 1997 en París, gracias al mural que con más de un millón de chaquiras hizo Santos de la Torre, en la estación del metro Palais-Royal-Louvre.

Lo elaboró por encargo del presidente Ernesto Zedillo y fue un regalo a su homólogo francés, Jacques Chirac. Éste por su parte le obsequió la herrería art decó que adorna la estación Bellas Artes del Metro de la Ciudad de México. A Santos de la Torre no lo invitaron a la develación del mural. Ni le pagaron su trabajo.

Desde ayer los huicholes están de nuevo en París, gracias al libro de Ivan Alechine, Énigmes et portraits dans la Sierra Madre (Enigmas y retratos de la Sierra Madre), presentado en La Casa de América Latina. Fue impreso por Yellow Now de Bruselas. La introducción es del antropólogo Perig Pitrou.

Además de pintor y novelista, Alechine es poeta. Lo demuestra en sus libros anteriores y ahora con las 80 fotografías que nos acercan al quehacer diario y al medio natural de la comunidad huichol de Tuxpan de Bolaños, la más importante de la Sierra Madre Occidental.

Alechine complementa su trabajo visual con un texto en el que narra las condiciones de vida de quienes ahora son sus amigos, a los que visita con frecuencia y le han abierto su intimidad.

El libro se abre con una fotografía que no es de él. Data de 1935 y en ésta aparece el presidente Lázaro Cárdenas rodeado por las autoridades indígenas.

Las demás son testimonio de la realidad en que se desenvuelve un pueblo que ha sufrido el despojo de parte de sus tierras ancestrales; cuyos integrantes migran en busca de empleo a la costa de Nayarit, pues no lo tienen en su territorio. Un pueblo que a diario reafirma su cultura, sus tradiciones, y cuestiona el intento gubernamental por integrarlo a una ‘‘modernidad’’ que no desea.

Desde hace décadas, Alechine comparte su labor creadora entre Francia y México. Su nuevo libro, Enigmas y retratos... ayuda a tener un mejor conocimiento visual y humano de los huicholes.