Con la inminente designación de Arturo Zamora como secretario general del PRI se abre la vía para la llegada de otros personajes del sector popular en ese partido.

Zamora fue el único en solicitar su registro para ocupar el segundo cargo de importancia en el tricolor, por lo que mañana dejará vacante el mando de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), sector al que pertenece también su presidenta, Claudia Ruiz Massieu.

Fuentes de ese partido indicaron que se abre la vía para el ex gobernador de Oaxaca, José Murat, quien ahora preside la Fundación Colosio, además del retorno de Manlio Fabio Beltrones para dirigirla y desde ahí construir la oferta para la restructuración del partido.

El primero de diciembre el PRI será otra cosa y es necesario prepararse, estar unidos para lograr la reforma del partido, indicó un integrante del Comité Ejecutivo Nacional.

En el camino quedó truncada la posibilidad del ex gobernador de Yucatán, Rolando Zapata. Hace un mes se mencionó también en los corrillos del PRI a Aurelio Nuño, así como al secretario de Organización del ese partido, Héctor Gutiérrez de la Garza, cercano a Beltrones.

No a la división

Después de entregar su documentación para la secretaría general y concluir el periodo estatutario 2015-2019, Zamora se pronunció en favor de la democratización interna del PRI para lograr su reconstrucción: Soy partidario de los procesos abiertos pero que no nos dividan, sino que nos fortalezcan y que permitan la consulta de la militancia y que sean ellos quienes decidan quiénes sean sus dirigentes.

–¿Voto universal, directo y secreto?– se le preguntó en entrevista.

–Sin duda alguna. Y que pueda opinar cualquier persona que siendo militante del partido tenga esa capacidad de elegir en el futuro a sus candidatos y a su dirigencia.

Se le preguntó si al ser candidato único pierde legitimidad, Zamora respondió que no es un candidato improvisado y que su partido hoy necesita de personas con experiencia, por lo que invitó a sumarse a los críticos y a aquellos que consideran que este proceso es una simulación.

Entre tanto, el Movimiento Territorial –otra de las organizaciones priístas– presentó su propuesta a la Comisión Nacional de Diagnóstico en la que criticó las alianzas electorales del PRI en el pasado proceso electoral, además de las candidaturas ciudadanas que afectaron la vinculación entre los aspirantes con el partido, y planteó la necesidad de impulsar mayor democracia en la elección de dirigentes