La próxima secretaria de Energía, Rocío Nalhe, señaló que el equipo de transición valora si suprime el impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS, conocido entre la opinión pública como el gasolinazo), porque representa para este año ingresos de 250 mil millones de pesos. Tendríamos que ver de dónde los vamos a recuperar, adujo.

De visita en la Cámara de Diputados, también destacó que se está elaborando un programa de seguridad intenso para todo el país y, sobre todo, para las tomas clandestinas y el robo de combustibles; en lo legal se está haciendo una modificación para que el delito sea considerado grave, como estrategia de seguridad.

Al preguntarle si la futura administración federal estaría considerando desaparecer el IEPS a combustibles y gasolinas, repuso: “Ayer estuvimos en una reunión y estamos viendo que son 250 mil millones de pesos, aproximadamente, los que este año va a recibir el presupuesto de IEPS en México, y para eliminar el que etiquetaron en el presupuesto de 2018, nosotros tenemos que sustituir esos 250 mil millones, porque tenemos programas sociales y programas de infraestructura.

Tenemos que ver si eliminamos 250 mil millones de pesos, de dónde los vamos a recuperar: eso es lo más importante y eso es lo que estamos valorando.

Defienden contribución de estados del norte

En tanto, el presidente de la Comisión de la Frontera Norte en San Lázaro, Rubén Moreira Valdez, expuso en entrevista que el futuro gobierno federal tendrá la obligación de retribuir a los estados de esa zona las aportaciones que han hecho al desarrollo nacional.

Al constituirse el grupo de trabajo en San Lázaro, el coahuilense adelantó que éste habrá de convertirse en un conducto para la voz de la frontera. Los estados de la frontera norte tienen como gran valor que contribuyen muchísimo a la economía nacional. De hecho, los cuatro primeros estados que contribuyen a las exportaciones son del norte y son frontera: Coahuila, Chihuahua, Nuevo León y Sonora. Entonces, la Federación retribuye el presupuesto a los estados como recompensa al esfuerzo que hacen, es cierto, pero también para seguir produciendo.

Las complejidades en las relaciones sociales en el norte del país tienen que ver con la historia de su poblamiento, pues la frontera tiene dos tipos de habitantes: aquellos cuyas familias “llegaron hace muchos años y generaron una cultura norteña de trabajo, empeño, muy nacionalista, y la prosperidad que ellos generaron permitió a muchos otros mexicanos –que son bien recibidos, además– ir a establecerse allá. Esto genera temas educativos y culturales que hay que tratar: el crecimiento económico conlleva problemas de desarrollo urbano y de las áreas metropolitanas”.