Quito. Julian Assange, fundador del portal de filtraciones Wikileaks, vive en una especie de régimen carcelario en la embajada de Ecuador en Londres, afirmó el abogado ecuatoriano Carlos Poveda, parte del equipo internacional que defiende al activista.

En declaraciones a la agencia de noticias Ap, Poveda indicó que se emprenderán acciones legales ante la Corte Constitucional de Ecuador por reivindicación de derechos, aislamiento y sobre todo por el protocolo especial del que se notificó a Assange este fin de semana.

El protocolo impone estrictas condiciones a Assange para las visitas con autorización previa, que deberán hacerse sólo en horas laborales. También requiere que pague su propio proveedor de Internet y las evaluaciones médicas trimestrales a las que se debe someter.

El documento establece que en caso de incumplimiento se entenderá que Assange rechaza sus obligaciones como asilado y por tanto pone en riesgo su condición de resguardo. Poveda aseguró que su cliente recibió las indicaciones en español, idioma que no domina.

Reglas restrictivas

Las reglas que se han impuesto son restrictivas; entonces creemos que hay un régimen muy especial. La idea del gobierno es tenerlo como presidiario más que como asilado. Soy abogado y es mucho más fácil ingresar a una prisión de máxima seguridad que a la embajada, comentó el jurista.

La cancillería ecuatoriana informó que a Assange sólo se le habilitó acceso a la red inalámbrica de Internet en la embajada. Explicó que la medida se tomó por la autonomía del gobierno y no por las supuestas presiones que ejercieron altos funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas al presidente Lenín Moreno durante la serie de reuniones que sostuvieron en esta capital, como se aseguró en redes sociales.

Documentos oficiales difundidos por la legisladora opositora Paola Vintimilla revelaron que el gobierno intentó sacar al fundador de Wikileaks de la embajada en Londres con un método poco ortodoxo, al nombrarlo el 19 de diciembre pasado consejero de la legación de Ecuador en Moscú.

El plan falló cuando Gran Bretaña vetó el estatus diplomático del australiano.