Martes 16 de octubre de 2018, p. 8
Juchitán, Oax., Ama el teatro como a su familia, su mayor pasión es el escenario. Jesús Carranza es un joven de 26 años, licenciado en actuación e impulsa el teatro independiente en Juchitán.
Creador y fundador de Micro Teatro Campo 41, espacio que nació en 2017 para compartir su pasión, y que meses más tarde se transformó en la La Libélula, donde se monta Abrasados, del autor Luc Tartar, dirigida por el mismo Jesús Carranza con su compañía comunitaria Artes Escénicas Juchitán.
Llamamos La Libélula a nuestro espacio porque es como ese animalito, que no hace ruido, pero que está en constante movimiento. Así nace la necesidad de generar teatro, de la intención de tumbar y romper bardas como la regionalización y mostrar obras que generen conciencia, por eso regresé a Juchitán, para dejar mi granito de arena, porque le debo mucho a esta tierra mágica
, expresó.
A Jesús le nació el gusto por la actuación cuando tenía 12 años, después de participar en la obra teatral La piedra de la felicidad; más tarde decidió estudiar actuación en el Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y hace tres años y medio regresó a su natal Juchitán.
Explicó que el estado de Oaxaca es rico en cultura y tradiciones, pero que en el tema teatral hace falta mucho; es decir, le parece incrédulo pensar que compañías extranjeras vengan y hagan teatro en espacios tan prestigiados, por ejemplo en el teatro Macedonio Alcalá, que podrían ser ocupados por compañías de teatro locales.
Busco sembrar la semilla del teatro en Juchitán de forma independiente, que se puedan montar obras de lo que vivimos en la realidad, de la violencia, de la falta de cultura vial, con temas regionales y costumbristas
, agregó.
Siete actores participan en escena, de edades que van de los 12 a los 26 años de edad. Jesús dirige la obra y los demás se encargan de la escenografía, música y vestuario. La mayoría son estudiantes, sólo David, el mayor de todos, es albañil, pero su amor por el teatro es tal que, a pesar de sus exhaustas jornadas de trabajo asiste a los ensayos todos los días, de 18 a 21 horas.
Tenemos un grupo amplio de actores, la mayoría son estudiantes, algunos de Juchitán y otros de pueblos vecinos, como Unión Hidalgo, Tehuantepec y Salina Cruz
, señaló.
Para Jesús, las cosas no han sido fáciles en estos tres años y medio que lleva viviendo en Juchitán; su mayor sueño es tener una cartelera de obras teatrales similar a las del cine y que el público tenga opciones de puestas en escena.
Por ahora sólo cuenta con la obra Abrasados, que se presenta los jueves y sábados a las 18 horas, pero para noviembre estrenará un monólogo y para finales de año una obra infantil.
Mi mayor sueño es que la gente de Juchitán y del Istmo venga al teatro, que lo disfrute, que vea que el arte, además de ser poesía y pintura, también es teatro y lo mejor: es propositivo.
Jesús es optimista y ve al arte escénico como una forma de vida. Dice que se puede vivir de él, no para ser rico, pero sí se aprenderá
.
Para este joven, estudiar teatro es una inversión de la que no se arrepiente, porque ha descubierto sus fortalezas y debilidades, su personalidad física y emocional.
Quiero que vean al teatro como forma de regenerar a las sociedades, que la gente venga por el gusto de vernos, que así como lee poesía, compre su boleto y aprecie cada minuto de la obra que presentamos
, recalcó.
Hacer teatro independiente y comunitario es uno de sus mayores logros. Jesús está listo para llevar montajes a las más de 100 colonias populares de Juchitán, así como a las escuelas.