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Economía moral

En México no hay lucha sistemática contra la desigualdad. AMLO tampoco lo ha planteado

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a pobreza se reduce aumentando los satisfactores disponibles y repartiéndolos más igualitariamente entre los habitantes. Lo primero se logra con el crecimiento económico. Lo segundo mediante, entre otras medidas, la política fiscal (impuestos más progresivos y gasto social redistributivo), y salarios reales más altos. La política fiscal puede disminuir mucho la desigualdad en la distribución del ingreso producida por el mercado, como ocurre en muchos países europeos, en los que el Estado se desempeña como Robin Hood: cobra impuestos a los ricos y lo reparte entre los pobres o entre todos. La reducción de la pobreza también se puede lograr interviniendo en el mercado de diversas maneras: salarios mínimos, precios de garantía, impuestos y subsidios a bienes y servicios, o promoviendo actividades de la economía popular, como la agricultura campesina, los negocios comunitarios o familiares, etcétera. Peter Townsend, el más grande pensador sobre la pobreza, escribió alguna vez que para erradicar la pobreza extrema hay que erradicar la riqueza extrema. El papel del Estado es central para reducir la desigualdad. En estos días ha empezado a circular el estudio de Oxfam y Development Finance International, denominado The Commitment to Reducing Inequality Index (CRI). El estudio calcula y analiza el Índice de Compromiso en la Reducción de la Desigualdad (ICRD) en 157 países. Mide el compromiso gubernamental. Los 193 países signatarios de las Metas del Desarrollo Sustentable (MDS) se comprometieron en 2015 a reducir la desigualdad (MDS10). El estudio dice que sin reducir la desigualdad es imposible reducir la pobreza (MDS1) y recomienda:

Todos los países deben desarrollar planes nacionales de reducción de la desigualdad para alcanzar la MDS10. Estos planes deben incluir la provisión de pisos mínimos universales, gratuitos y públicos, en educación, salud y protección social. Deben ser financiados mediante tributación cada vez más progresiva, la reducción de exenciones y de la evasión de impuestos. Los países deben respetar los derechos sindicales, hacer comprehensivos los derechos de las mujeres en el trabajo, y elevar los salarios mínimos para convertirlos en salarios para vivir.

¿Cómo se encuentra México en el ICRD? ¿Hará caso de estas muy positivas recomendaciones el gobierno de AMLO? Empecemos por lo primero. El ICRD es la media de los puntajes obtenidos en tres dimensiones: 1) gasto público en educación, salud y protección social; 2) progresividad impositiva; 3) nivel salarial de los trabajadores ordinarios y fortaleza de los derechos laborales y sindicales, incluyendo derechos específicos de las mujeres. En cada dimensión se usan varios indicadores, con base en los cuales se otorga a cada país un puntaje entre cero y uno. El ICRD es el promedio simple de los tres puntajes. El estudio presenta los puntajes (para 2015-2016) de cada dimensión, el puntaje promedio y el rango (lugar de mejor a peor) de cada país. De 157 países, México (con un ICRD de 0.355) ocupa el lugar 84, es decir, está debajo de 83 países y arriba de 70. Éstos últimos son, casi todos, países de África Subsahariana, Este de Asia-Pacífico y Sur de Asia. El nivel vergonzosamente bajo del compromiso gubernamental en México para reducir la desigualdad se aprecia en que México está en el lugar 18 de 25 países de América Latina (sólo está mejor que Haití, Belice, Panamá, Jamaica, Honduras, República Dominicana y Guatemala; y muy por debajo de Argentina, Chile, Costa Rica y otros). Los indicadores que provocan tal situación son el laboral (0.306, rango 24, sólo mejor que Haití) y el de progresividad impositiva (0.377, rango 20, sólo mejor que Haití y los países paraísos fiscales). En el indicador de gasto social, en cambio, México tiene un índice de 0.381 y el rango 7 en AL. La gráfica muestra datos selectos para ilustrar la posición de nuestro país en AL y el mundo. La barra de México es la sexta de cada bloque. Cada país lleva a la derecha el lugar que ocupa en el mundo. He incluido a Dinamarca (rango 1); nuestros socios en el TLC; dos países de Centroamérica mejor situados que México; y dos países peor situados: Kenia e India. Como se aprecia, la progresividad impositiva es el peor componente: México está peor que Costa Rica, El Salvador, Kenia e India; mientras, en gasto público estamos mejor que los tres últimos; en derechos laborales y salarios sólo estamos mejor que India.

AMLO ha anunciado iniciativas para aumentar el gasto social que beneficia a los pobres, pero AMLO y Urzúa rechazan hacer más progresivos los impuestos (que es donde estamos peor). Luisa María Alcalde ha dicho que recuperarán los salarios mínimos y en materia de derechos laborales quien llevó la delantera fue Napoleón Gómez Urrutia en el Senado. AMLO carece de planteamiento sistemático en reducción de la desigualdad, desarrollo y erradicación de la pobreza.

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