Ocurriría si trasnacionales se sienten afectadas por regulaciones ambientales estrictas, afirma el director de Greenpeace México
Lunes 8 de octubre de 2018, p. 19
El Usmca (Acuerdo Comercial Estados Unidos, México, Canadá, por sus siglas en inglés), al igual que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) no tomó en cuenta la opinión de los ciudadanos, sólo de los empresarios, y preocupa que en temas ambientales puede haber demandas contra México cuando empresas trasnacionales, como las petroleras, se sientan afectadas por las regulaciones estrictas de protección al ambiente, dijo Gustavo Ampugnani, director de Greenpeace México.
Para este país, en su relación con Estados Unidos y Canadá, se mantiene la cláusula de resolución de conflictos inversor-Estado que permite a una empresa llevar al gobierno mexicano ante tribunales internacionales, señaló.
Recordó que el Tlcan no fue bueno para el medio ambiente ni para el bienestar de las comunidades, lo cual no cambia con el nuevo acuerdo. No hace nada para proteger a las comunidades indígenas ni a los campesinos de los problemas creados por las grandes corporaciones agrícolas y biotecnológicas que impulsan las semillas transgénicas. Para México, el tratado ha significado la ruina de millones de empleos rurales frente a las crecientes importaciones de maíz transgénico
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Afirmó que el Usmca se elaboró a espaldas de la gente, excluyó a miles de voces críticas que rechazan la idea de centrar la relación de los tres países sólo en los derechos de las empresas y los inversionistas, dejando atrás desafíos importantes para la región como la protección del clima, la reducción de emisiones y las salvaguardas sociales
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Ampugnani destacó el reconocimiento del nuevo acuerdo al problema de la contaminación del aire en América del Norte en términos de salud pública, integridad ecosistémica y desarrollo sustentable, así como la importancia de la participación pública y la transparencia.
Agregó que para reducir la contaminación del aire será imprescindible homologar las normas que regulan los límites máximos permisibles de contaminantes atmosféricos con los de la Organización Mundial de la Salud, ya que los marcos regulatorios de la región son diferentes en cada país.