a presidenta del partido Morena, Yeidckol Polevnsky, dio luz verde a sus correligionarios que buscan reformar la Constitución de Baja California para que la próxima gubernatura dure cinco años y 10 meses y no dos años, como estipula el artículo octavo transitorio de la Carta Magna del estado.

Como en Veracruz, en Baja California se aprobaron mandatos de dos años para homologar las elecciones locales con las federales en todo el país. Si el mencionado artículo no se deroga, el estado tendrá en 2019 un gobernador para dos años y en 2021 se elegirá a otro para un periodo de seis años.

El proceso electoral se inició el pasado 9 de septiembre y la ley dice que ya no se pueden hacer cambios de fondo porque ello causaría incertidumbre. Víctor Morán, el legislador de Morena que promueve los cambios en el Congreso local, argumenta que se trata ‘‘sólo de una derogación’’, no de una reforma sustancial a la ley, y que no hay modificaciones al proceso en sí.

En la bancada del Partido Acción Nacional hay distintas opiniones, pero todos saben que si el gobernador Francisco Vega convence a su grupo de pactar con Morena, la propuesta pasará en el Congreso. Alguien podría recurrir a la Corte porque se trata de una modificación constitucional y no sólo de leyes electorales.

En Morena, la posibilidad de que el periodo sea de seis años le complica las cosas a Jaime Martínez Veloz, Arturo González Cruz y otros que buscan la gubernatura, pues el candidato natural para un periodo largo sería el senador Jaime Bonilla, quien en reiteradas ocasiones ha dicho que no competiría por un periodo de dos años.

En el Partido Revolucionario Institucional levantaría de inmediato la cabeza Jorge Hank Rhon, dueño del grupo Caliente y de los Xolos de Tijuana, quien también anunció hace tiempo que no le apetecía hacer campaña por un periodo de dos años. En el PAN no tienen candidato. Jorge Ramos, quien era la segunda fórmula al Senado en la pasada elección, quedó fuera, pero sigue siendo el panista más conocido del estado. Nadie ha querido levantar la mano en el blanquiazul. Muchos dan por descontado que perderán y no desean competir a menos que su partido se haga cargo de todos los gastos. En Baja California la política es un buen negocio o no es.