El Senado recordó a los jóvenes caídos en Tlatelolco hace 50 años, con un minuto de silencio, la inscripción en letras doradas, en el salón de sesiones, de la leyenda Movimiento Estudiantil de 1968 y el grito unánime de los legisladores de izquierda, que hoy son mayoría en esa Cámara del Congreso: ¡2 de octubre no se olvida!

Todas las fuerzas políticas se pronunciaron por que nunca más se use la represión contra los movimientos sociales e incluso, en nombre del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Beatriz Paredes resaltó que los estudiantes que salieron a las calles hace medio siglo fueron imprescindibles para la democratización del país.

Memoria histórica

La decisión del jefe de Gobierno capitalino, José Ramón Amieva, de retirar de estaciones del Metro las placas con el nombre del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, motivó reacciones encontradas. En entrevista, Miguel Mancera, senador del PRD, se manifestó en contra.

Nunca lo hubiera tenido en agenda. Yo soy enemigo de eso, de eliminar esta parte de la memoria histórica, que finalmente forma pues una parte de eso, de los aconteceres de la sociedad civil.

Sin embargo, ante el pleno, el senador sin partido Emilio Álvarez Icaza recordó que Díaz Ordaz representa el autoritarismo y por eso es muy importante traer hoy el 68 a cuentas.

No se trata de recordar al dictador, sino al movimiento que luchó por las libertades, y por eso hoy es tan importante quitar las placas de Díaz Ordaz, del Metro y de cualquier otro lugar.

Agregó que “no tendrían que ser sólo retiradas del Metro [las placas], tendrían que ser cambiados los nombres de las avenidas, de todas las plazas, pero no sólo retirarlos, sino de colocar otra, para honrar la memoria de quienes ofrecieron su vida por la libertad.

“Así se hizo en Sudáfrica, donde se arrancaron los nombres en las calles de los perpetradores de violaciones y del apartheid y se pusieron los nombres de las víctimas. Así se hizo en Argentina y Chile”, apuntó.

En tribuna, la senadora Paredes sostuvo que hoy 2 de octubre, se honra a los caídos, a quienes en ese momento histórico asumieron una posición correcta, y se condena a quienes se equivocaron, a quienes el juicio de la historia coloca como erráticos. Esta conmemoración exige que no se repita, que nunca se repitan respuestas represivas ante la movilización social, que la opción del Estado no sea el autoritarismo.

El presidente del Senado, Martí Batres, destacó en el pleno, que el movimiento del 68, no se reduce a la tragedia del 2 de octubre; representa también una profunda ruptura política y cultural, surgen nuevos referentes políticos, muchos movimientos sociales reclaman su independencia, son los años del nacimiento y resistencia del rock mexicano, de la melena larga y la emergencia de dos importantes movimientos: el de la diversidad sexual y nuevo feminismo.

Del 68, indicó el senador de Morena, se desprende la más formidable expansión del sistema de educación superior, el crecimiento de las ciencias sociales, de las humanidades y en particular del pensamiento crítico. Se produjo una reforma política que abrió la participación electoral a una izquierda proscrita durante largos años.