Jesús Ramírez, técnico campeón del mundo con la selección nacional Sub 17 en Perú 2005, lamentó que a 13 años de aquél histórico triunfo, el futbol mexicano siga sin priorizar la continuidad en los procesos y sin brindarle oportunidad a los jóvenes, que son los que han conseguido más logros a escala internacional.

Consideró que dicho título, obtenido el 2 de octubre de 2005 tras vencer 3-0 a Brasil en la final del certamen, fue mucho más que solamente haber ganado un campeonato del mundo, pues abrió un panorama diferente, sobre todo de que el mexicano tiene la capacidad de realizar grandes cosas, pero lo que ha faltado es buscar continuidad en el éxito; es decir, cuando consigues algo importante, tienes que ponerte el objetivo de lograr otros triunfos, y aquí no ha sucedido así.

El también ex timonel de la selección nacional mayor estimó que la falta de oportunidades para los jugadores jóvenes es otro factor que ha impedido el crecimiento del futbol mexicano.

“Alinear a los jóvenes tendría que ser una convicción en los equipos nacionales, más que una obligación. Recuerdo que esa generación, no solamente los campeones del mundo en 2005, sino todos los que estuvieron en ese proceso, conformaban un gran grupo de jugadores, y algunos de ellos después ganaron los Juegos Olímpicos (de Londres 2012).

Esa camada tuvo un proceso largo, lo cual te da otra mentalidad, mucho más fuerte y más abierta, pues llegas a un club con un gran número de partidos disputados y con bastante experiencia dentro de la cancha, pero muchos no tuvieron esa oportunidad a pesar de tener enormes posibilidades futbolísticas.

Falta de oportunidades

Puso como ejemplo los casos de César Villaluz, quien actualmente juega en la Primera División de Guatemala, con el Deportivo San Pedro, y del portero Sergio Arias, quien nunca logró debutar en el máximo circuito.

“Se supone que si eres seleccionado nacional, y si además ganaste un título mundial, podrías tener cabida en el primer equipo de cualquier institución, pero muchos de estos jóvenes no lo consiguieron, como Arias, quien tenía cualidades importantes, pero en su equipo tenía por delante a otros porteros de jerarquía como Oswaldo (Sánchez) y (Alfredo) Talavera, entonces se le complicó jugar y tuvo que buscar otra alternativa.

“Ese también fue el caso de Villaluz, era un jugador sumamente dinámico, muy impresionante, cuando yo dirigí al América quise llevármelo, pero desgraciadamente no se pudo. Cada uno de estos futbolistas vivió diferentes circunstancias en su momento y en realidad muy pocos lograron trascender.

Quizá la situación de los primeros equipos, de que pierdes dos encuentros de forma consecutiva y ya te están corriendo, provoca que no muchos técnicos se arriesguen a poner chavos, y es entendible, pero muy lamentable, aseveró.

En ese sentido, Chucho aplaudió que la regla 20/11 haya regresado al futbol mexicano; sin embargo, apuntó que en esta época los juveniles se enfrentan a mayores obstáculos, como el creciente número de jugadores foráneos que llegan a los equipos nacionales.

“Esta regla es muy interesante, me parece que es un gran acierto, pero creo que hoy los chavos, ante tantos extranjeros, tienen que redoblar esfuerzos para ser considerados en el primer equipo.

Además de demostrar con un buen futbol que merecen un lugar en la cancha, deben probar que son mejores que los foráneos, y muchas veces algunos se dan por vencidos en ese camino, yo veo que el jugador joven ya no tiene esa resiliencia, y ahí es cuando comienzan a desaparecer en el panorama, lo cual, obviamente va en detrimento del desarrollo del futbol mexicano.