Capítulo ocho
Martes 2 de octubre de 2018, p. 25
El derecho soberano de México para reformar su Constitución y legislación interna en materia de hidrocarburos
fue reconocido por Estados Unidos y Canadá en el capítulo energético del nuevo acuerdo trilateral, denominado Usmca por el acrónimo de sus nombres en inglés, indican los textos del mismo, que fueron difundidos por la Secretaría de Economía (SE).
El Estado mexicano tiene la propiedad directa, inalienable e imprescriptible de todos los hidrocarburos del subsuelo nacional, incluida la plataforma continental y la zona ubicada fuera del mar territorial y adyacente
, se precisa en el capítulo ocho de la versión en inglés.
No obstante, se agrega que la regulación en materia de petróleo y demás hidrocarburos se efectuará en consistencia con los compromisos que México ha hecho en otros acuerdos internacionales
. También se puntualiza que se brinda seguridad jurídica y se respetan los compromisos asumidos por México con los prestadores de servicios, exportadores, importadores e inversionistas que participan en el sector energético
, según el resumen de dicho capítulo que hizo la SE, pero que en la versión en español aparece con el número 13.
El tema energético quedó fuera del original Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero se incluyó en la renegociación con la apertura del sector por la reforma energética llevada a cabo por el presidente Enrique Peña Nieto. Sin embargo, fue modificado a instancias del mandatario electo, Andrés Manuel López Obrador, por conducto de Jesús Seade, a quien nombró representante en la renegociación trilateral, de acuerdo con declaraciones de ambos.
En la versión en inglés se evidencia que el capítulo prácticamente está dedicado a México, ya que si bien en la primera parte se establece que los tres países confirman su pleno respeto a la soberanía y el derecho que cada uno tiene para regular su sector energético de conformidad con sus respectivas constituciones y leyes internas, en pleno ejercicio de sus procesos democráticos, en la segunda parte se refiere sólo al caso de México
y los mencionados reconocimientos que le hacen sus socios comerciales en la materia.
En otro capítulo, el 15, en la versión en español, sobre la protección de inversiones y solución de diferencias entre inversionistas y Estados, México aceptó mantener la versión original del TLCAN para la industria energética, aunque se hicieron modificaciones solicitadas por Estados Unidos para otros sectores.