La comisión especial de la Cámara de Diputados que investigó las obras del nuevo aeropuerto en Texcoco entregó a Javier Jiménez Espriú el libro blanco con sus conclusiones, donde indica que uno de los errores capitales es que se privilegió la construcción por sobre la operación y el diseño del conjunto.

Según las estimaciones de ese grupo de trabajo, una vez concluida, la terminal estará subutilizada al menos durante una década.

El ex diputado federal Rafael Hernández Soriano entregó el documento el viernes pasado a Jiménez Espriú en las oficinas del ingeniero en la colonia Ahorro Postal.

El perredista afirmó que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, cometerá un error con alto costo para el país si ignora, como lo hizo Enrique Peña Nieto, las opiniones de expertos respecto del nuevo aeropuerto, una decisión que debe ser de Estado y no deslindar la responsabilidad en el ánimo de la población.

Consideró que la obra no debe decidirse en función del sitio donde se ubica el aeropuerto, sino que el sitio, y lo que derive de ello, sea adecuado a una visión a futuro del desarrollo urbano de Ciudad de México y la megalópolis, es decir, que el aeropuerto nuevo y el Benito Juárez deben ser dos proyectos gemelos.

Planteó que la consulta popular sólo debe realizarse si, como resultado de estudios técnicos y la opinión de los especialistas, se concluye que son igual de viables las opciones que plantea la próxima administración, esto es, continuar las obras en Texcoco o trasladarlas a la base aérea de Santa Lucía.

De lo contrario, la decisión tiene que ser de Estado, evaluó.

Sostuvo que la crisis sobre el nuevo aeropuerto y el riesgo de una pérdida multimillonaria para el país fue generada por Peña Nieto, al iniciarlo sin contar con todos los puntos resueltos y empañar, por la opacidad con la que se ha realizado, lo que debería ser una obra exitosa para México.