Lunes 1º de octubre de 2018, p. 34
Nuevo Laredo, Tamps., La región del Darién, conocida también como Tapón del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá, es el punto de quiebre de los migrantes que tratan de llegar a Estados Unidos. Cruzar esa zona selvática y pantanosa, cuentan quienes lo han hecho, es enfrentar a la muerte.
Esta franja de más de 160 kilómetros es considerada la más inhóspita e intransitable de América Latina. Recibió el nombre de Tapón del Darién porque ahí se interrumpe la carretera Panamericana que va desde Alaska hasta la Patagonia. Es ahí donde numerosos viajeros han perdido la esperanza e incluso la vida.
Peggy Ndona, de 33 años de edad y un embarazo de cinco meses, salió de la República Democrática del Congo dejando a su esposo y a sus dos hijos.
‘‘Lo más difícil de mi viaje fue dejar a la familia, y después cuando llegamos a la selva en Colombia para cruzar a Panamá’’, narró la mujer en francés y un poco de español que aprendió durante los meses de periplo por América Latina.
Viajó en barco de El Congo a Brasil. Salió de su patria hace cuatro meses, cuando apenas tenía un mes de gestación, con la esperanza de llegar a Estados Unidos y, una vez ahí, pagar el viaje a su esposo e hijos.
En Brasil, Peggy se encontró a un grupo de connacionales que también se dirigían a Estados Unidos. Juntos iniciaron el trayecto hacia la frontera norte de México.
‘‘La mayor parte del trayecto la hicimos caminando, a veces en vehículos de personas que nos daban ayuda. Cuando llegamos a Colombia tuvimos que cruzar la selva. Con gran peligro, pasamos en 17 días’’, recordó.
Otro africano, Lombo Athikaya Patrick, de 27 años, viaja con sus hijos, Morgane y Jotrick Lombo Lesso, de siete años y un año cinco meses, respectivamente. Su esposa se quedó en Congo con otros miembros de su familia.
‘‘Lo más duro del viaje fue la selva. Caminamos 21 días, comíamos lo que encontrábamos: animales, frutos y agua de los arroyos. Había serpientes y otros animales salvajes, pero salimos con vida’’, relató.
Pobladores se oponen a paso de la Panamericana
El Darién es una de las regiones de mayor biodiversidad en el planeta y de los más lluviosos. Las autoridades de Colombia y Panamá llevan 50 años discutiendo cómo completar la carretera Panamericana, dividida por la inmensa selva.
Las 15 comunidades indígenas que habitan en la zona se oponen a terminar la vialidad, pues consideran que ello amenazaría su cultura.