En la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco confluirán cantos chamánicos, danzas y expresiones espirituales de diversas tradiciones
En un acto de fe y de conciencia vamos a dejar una ofrenda en la Plaza de las Tres Culturas, señala uno de los participantes del ritual.Foto Guillermo Sologuren
Domingo 30 de septiembre de 2018, p. 6
Un ritual espiritual y místico
dedicado a los caídos del 2 de octubre de 1968 se realizará en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, con ceremonias, danzas de diversas tradiciones y cantos chamánicos siberianos y de la tradición japonesa.
En conmemoración de los 50 años del movimiento estudiantil culminado con la masacre, se efectuará el simbólico encuentro Flores y cantos por la memoria, en el que confluirán artistas y delegaciones de más de 12 países en ceremonias y rituales que iniciarán desde las 6 de la mañana.
Los organizadores limpiarán la Plaza desde la madrugada y harán un montaje para la ceremonia de apertura, con guardia de honor a los caídos; después habrá danza Citlalmina con el grupo de Nicolás Núñez, una ceremonia cívica, cantos chamánicos de tradición siberiana, el Calpulli Cuauhtemotzin Renacer cósmico de México-Iztapalapa y la Banda 4 Rumbos.
Enseguida habrá un círculo de niños en una ceremonia por la paz, continuará Lagú Danza, dirigida por Erika Méndez, que realizará una intervención coreográfica en memoria del 2 de octubre e iniciará el concierto de Enrique Quezada y Sebastián Luna.
A partir de las 12 horas intervendrá Roco Pachukote, continuará Viento Wirikuta, además de Moyenei Valdés y Celso Duarte y el Sr. Kojima con cantos de la tradición japonesa. Hacia las 16 horas habrá un receso y la salida de la Marcha hacia el Zócalo.
El programa de Flores y cantos por la memoria continuará con Canto Harinam Sankirtan, Butoh chilango y la ceremonia de cierre de Calpulli, Calmecac y Mesas se prevé hacia las 18 horas.
El escritor Antonio Velasco Piña, quien fue testigo de ese hecho histórico y es uno de los organizadores, expresó: Esta será de tipo espiritual porque el movimiento del 68 tuvo varias facetas y una de ellas es la espiritual, que es la que perdura; por ejemplo en países como Francia o Estados Unidos, donde ese año fue importantísimo, no se conmemora esta fecha porque las movilizaciones que tuvieron fueron por problemas circunstanciales; pero, en el caso del 2 de octubre mexicano, se recuerda como tradición en más de 40 países
.
Por su parte, el ecuatoriano Alberto Ruz Buenfil recordó desde su país su activismo en 1968 con la difusión de lo que ocurría en México y expresó: A 50 años de ese acontecimiento no he dejado de ser un activista de movimientos sociales, ambientales y ecológicos en México y el resto del mundo. En 1988, cuando conocí a Antonio Velasco Piña, y que fue publicada la primera edición de su libro Regina, entendí que mi recorrido de vida me ha llevado a un punto donde mi papel es ser corresponsal o puenteador entre mundos, México y los otros países
.
Ruz, coordinador de las actividades culturales y ceremoniales, dijo que la regeneración
del país se ha trabajado desde hace 50 años y nos sentimos parte de ello, porque no nos estamos subiendo al carro ahora, sino se está abriendo una nueva página en la historia de México donde existe una clara señal de que esto sólo se logra con la unión de todos los movimientos espirituales, políticos, sociales, ambientales, indigenistas, estudiantiles, obreros y campesinos
.
Salomón Bazbaz, colaborador del acto explicó: “Esta conmemoración es respetuosa, cargada de misticismo y espiritualidad que comenzará a las 6 de la mañana con una serie de ceremonias, artistas, danzantes y guardianes de diversas tradiciones para hacer conciencia que esta gran tragedia también se ha rentendido a lo largo de los años, que fue un paso que tuvo la nación y el mundo para su propio desarrollo espiritual
Inspirados en esta historia, pero también comprometidos con las causas importantes del país, en el sentido del desarrollo de la conciencia, las ideas, de darle voz a las comunidades indígenas y encontrar armonías es que se hace esta gran ceremonia, donde todos vamos en un enorme acto de fe y de conciencia a dejar una ofrenda a la Plaza de las Tres Culturas
.