Día a día, miles de centroamericanos huyen de sus naciones de origen arriesgándose a cruzar por la inhóspita ruta migratoria del norte (Belice, Guatemala y México). Su apuesta es alcanzar tierras donde tengan mayores posibilidades de desarrollo o su integridad corra menos riesgos. Si bien se conocen los motivos por los que migran, su realidad sigue siendo desconocida.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Consejo Centroamericano de Procuradores de Derechos Humanos han emprendido una investigación en esta zona para investigar, monitorear y verificar la realidad migratoria y sus efectos en las garantías fundamentales de las personas en condición de movilidad.

Se busca mostrar las experiencias que enfrentan los indocumentados que huyen de El Salvador, Guatemala y Honduras; evaluar los sistemas de protección existentes para estas poblaciones; evidenciar sus perfiles; ahondar en las causas de su salida y los retos a que se enfrentan durante el tránsito y en los países de destino.

Así lo informó ayer la CNDH al dar a conocer que los resultados de este estudio conjunto, el cual presentarán en 2019 junto con un informe y recomendaciones dirigidas a los estados para mejorar la protección de las personas en contexto de migración y tránsito, así como de los solicitantes de refugio.

El análisis dará inicio en Belice, para seguir a Belmopán, en el cruce de frontera con Guatemala por Melchor de Mencos y de allí el paso a México por Corozal, Chiapas. En México se visitará Tenosique y Villahermosa, Tabasco; Palenque y Salto del Agua, Chiapas, y Acayucan y Coatzacoalcos, Veracruz.