Moscú. A pesar de que la Oficina de la Presidencia de Rusia recibió más de un millón de firmas contra el aumento de la edad de jubilación –noticia ausente por completo de los medios de comunicación locales al servicio del Kremlin–, los diputados de la Duma, donde tiene mayoría el partido oficialista Rusia Unida, aprobaron este jueves, en tercera y definitiva instancia, la reforma de las pensiones.

Propuesta por el gobierno con enmiendas cosméticas introducidas por el presidente Vladimir Putin en un intento por revertir la drástica caída de su popularidad, la reforma –rechazada por amplios sectores de la población– contó en la cámara baja con mayoritario respaldo del oficialismo.

Con esta votación –332 legisladores en favor y 89 en contra–, ya no puede haber marcha atrás y el próximo 3 de octubre, en sesión de mero trámite, el proyecto será aprobado por el Senado, última etapa antes de convertirse en ley promulgada por Putin.

Los diputados, haciéndose eco del Ejecutivo, sostienen que en Rusia no hay alternativa al aumento de la edad de jubilación y, por tanto, las mujeres deberán jubilarse a los 60 años y los hombres a los 65.

La Duma también adoptó otras enmiendas sugeridas por Putin, como la jubilación anticipada para madres con numerosos hijos, los beneficios para algunas profesiones con riesgo para la salud como la de los mineros y las sanciones penales a las empresas que despidan a trabajadores a punto de jubilarse.

Muchos rusos están en contra de que la edad de jubilación se incremente en cinco años para mujeres y hombres, dado que de por sí el monto de las actuales pensiones es muy bajo, a todas luces insuficiente, y en Rusia –a diferencia de los países donde crece la esperanza de vida de la población– más de 40 por ciento de los varones muere por alcoholismo, traumatismo laboral y otras causas antes de cumplir 65 años.

No obstante que el descontento se ha traducido en manifestaciones, mítines, huelgas y reveses electorales para el partido oficialista, el Kremlin declinó aumentar los impuestos a las grandes fortunas y no quiso recortar el gasto militar, entre otras soluciones que habían sido presentadas por los inconformes.