Nueva York. Somos la continuidad, no la ruptura, proclamó el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, al debutar este miércoles ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con una vehemente defensa del modelo socialista vigente en la isla. Rechazó las políticas de seguridad y las doctrinas militares, repudió el bloqueo impuesto por Estados Unidos hace más de cinco décadas y le exigió la devolución de la base militar de Guantánamo.

Díaz-Canel, quien sucedió a Raúl Castro en abril pasado, tuvo una agenda muy cargada que incluyó encuentros con el secretario general de la ONU, António Guterres, así como con sus homólogos de Bolivia, Evo Morales; de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y de Naimibia, HageG. Geingob, y la noche de ayer asistió a un acto religioso en Riverside, al que se sumó su par venezolano, Nicolás Maduro.

El cambio generacional en nuestro gobierno no debe ilusionar a los adversarios de la revolución, señaló el dirigente, de 58 años, ante la Asamblea General, cuando se cumplen exactamente 58 años de la primera intervención en ese mismo foro del líder de la revolución cubana de 1959, Fidel Castro.

La Cuba en nombre de la cual hablo hoy es orgullosa continuadora de esa política independiente, soberana, fraternal y solidaria con los pobres de la tierra, productores de toda la riqueza del planeta, aunque el injusto orden global los castigue con la miseria, en nombre de palabras como democracia, libertad y derechos humanos, que los poderosos en la realidad han vaciado de contenido, aseveró.

Díaz-Canel arremetió contra el capitalismo, un paradigma que, dijo afianzó el colonialismo e hizo nacer “el fascismo, el terrorismo y el apartheid”, promovió guerras, quebrantó soberanías y es responsable de que millones padezcan pobreza, hambre y analfabetismo.

El mandatario deploró que la ONU disfrace guerras como intervenciones humanitarias y permita golpes suaves por parte de algunas potencias. Advirtió sobre persistentes amenazas contra América Latina ante el despliegue imperial de Estados Unidos, al que acusó de atacar con especial saña a Venezuela.

Denunció los intentos por desestabilizar al gobierno de Nicaragua, país de paz y donde se han conseguido notables avances sociales, económicos y de seguridad ciudadana, y el encarcelamiento con fines políticos del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

Díaz-Canel reclamó el fin del cruel bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos en 1962, subrayando el interés de La Habana en tener una relación de igual a igual con Washington.

El discurso completo del mandatario cubano puede consultarse en https://bit.ly/2DwMgJZ

El diario oficial Granma informó que una iglesia repleta, a ritmo de tambores tradicionales afronorteamericanos, dio la bienvenida a Díaz-Canel y a la llegada de Maduro se escucharon gritos de Chávez vive, la lucha sigue, en la emblemática edificación (donde pronunciaron discursos Fidel Castro y Martin Luther King).