Bill Cosby pasó su primera noche solo en prisión, en una celda individual cerca de la enfermería, al comenzar su sentencia de tres a 10 años por abuso sexual.

Funcionarios anunciaron ayer que Cosby –ahora conocido como el preso NN7687– cumplirá su sentencia en SCI Phoenix, una nueva prisión estatal a unos 32 kilómetros de la urbanización cercana, donde un jurado concluyó que drogó y abusó sexualmente de una mujer en 2004.

Cosby se reunirá con médicos y sicólogos mientras el personal evalúa sus necesidades. El comediante de 81 años podrá hacer llamadas telefónicas, recibir visitas y hacer ejercicio. El objetivo a largo plazo es ubicarlo entre la población general. Familiares y publicistas prometieron apelar su condena por tres cargos de abuso sexual tras el primer juicio de una celebridad en la era de #MeToo.

Su vocero, Andrew Wyatt, calificó el martes a Cosby como uno de los más grandes líderes de los derechos civiles en Estados Unidos en los pasados 50 años y denunció el juicio como el más sexista y racista en la historia del país.

El juez, el fiscal y el jurado lo vieron de otra manera. Nadie está por encima de la ley y nadie debe ser tratado desproporcionadamente por ser quien es, donde vive o incluso su riqueza, fama o filantropía, dijo el juez Steven O’Neill, al darle a Cosby una sentencia por encima del promedio.

El equipo defensor del comediante ya había planteado el asunto racial en 2016, antes de desecharlo rápidamente. Procesamos donde la evidencia nos lleva y eso se hizo en este caso, dijo el martes el fiscal Kevin Steele.

Luego que su primer juicio terminó sin que el jurado alcanzara un veredicto, fue declarado culpable en abril de abusar de la administradora del equipo de baloncesto de la Universidad de Temple Andrea Constand en su mansión a las afueras de Filadelfia, en 2004.

Cosby ha enfrentado un torrente de acusaciones similares de más de 60 mujeres las cinco décadas pasadas, pero el caso de Constand es el único que fue a juicio.

En una declaración ante la corte, Constand dijo que el abuso y los subsiguientes ataques de Cosby habían aplastado su espíritu.