Yakarta. La liga de Indonesia de futbol fue suspendida después de que murió un aficionado debido a que fue agredido en un partido el pasado fin de semana, anunció ayer un portavoz del torneo PSSI, que ha vivido un enésimo caso de violencia.

Hemos decidido suspender la Primera División por un periodo indeterminado, confirmó Gatot Widagdo, director de comunicación.

Nuestra prioridad es resolver este problema, añadió, y precisó que la suspensión del campeonato permitirá investigar la muerte del aficionado, así como revisar los planes de seguridad de los 18 clubes que componen el certamen.

Haringga Sirla, aficionado de 23 años del Persija Jakarta, murió como consecuencia de las heridas ocasionadas por la paliza (con barras de hierro y maderas) recibida por parte de un grupo de hinchas del Persib Bandung, un equipo ri-val, en los alrededores del principal estadio de la ciudad de Bandung, situada a 150 kilómetrosm al sudeste de Yakarta.

Dieciséis personas fueron detenidas por la policía por su supuesta implicación en esta agresión. Según el especialista del fútbol local Akmal Marhali, Sirla es la víctima mortal 70 relacionada con la violencia en este deporte desde 1994 y la séptima en enfrentamientos directos entre hinchas de los dos equipos desde 2012.

La PSSI también se pondrá en contacto con la FIFA y la Confederación Asiática con el fin, sobre todo, de evitar nuevas sanciones, admitió Widagdo.

Indonesia fue excluida por el ente rector del balompié mundial en 2015 de toda competencia internacional como consecuencia de la violencia y de la corrupción. Esta sanción concluyó a finales del año pasado.