Peribán, Mich., ‘‘Estaba recostado cuando escuché que los sauces que estaban cerca del río se retorcían. Sentí que todo se cimbraba, pero cuando vi que el agua se llevaba parte de mi casa corrí al otro lado, cargué a mi papá y a mi hijo y los llevé atrás, a la parte alta. Luego caminamos hacia el cerro’’, narró Fernando Zambrano, vecino de Peribán, quien perdió su vivienda el domingo pasado.

Zambrano, de 42 años, calculó que eran las 17:30 horas cuando vio el río Cutio venir con una fuerza nunca vista. Arrastraba troncos y árboles, y en algunas parte subió más de siete metros. ‘‘Hemos vivido aquí 25 años y nunca vimos algo parecido. La corriente no se llevó mi camioneta porque la atoró un pedazo de barda, pero quedó cubierta de lodo y agua’’.

Casi dos kilómetros de la parte más baja de la ciudad fueron golpeados por la corriente. Había por lo menos 200 viviendas en el margen del río. Ahí viven las familias más pobres: jornaleros agrícolas, cortadores de aguacate, prestadores de servicios y comerciantes.

Miguel Landín perdió a sus cuñados, José y Juvencio Álvarez Terreros, y a tres sobrinos: Luis, de dos años; Ema, de cuatro, y José, de ocho. Hasta ayer no habían localizado los restos de Luis ni de Juvencio. El velorio se realiza en la casa de un familiar..

‘‘Tenemos mucho coraje porque nunca se había visto algo como esto, y las personas de mayor edad lo han comentado. Todo tiene que ver con la exagerada siembra de aguacate. No sólo han destruido el bosque, sino que han hecho ollas de agua para regar el aguacate durante la sequía. Además, tiran desperdicios y basura en los cauces. Esto debió de crear tapones que salieron disparados con la presión’’, señalaron pobladores.

Peribán, ciudad de más de 40 mil habitantes, es una de las zonas más productivas de Michoacán. Aquí se cultiva aguacate de exportación y otros productos de alta demanda, lo que ha provocado una acelerada deforestación. El municipio se ubica a sólo 10 kilómetros de Los Reyes, también de vocación agrícola.

Miguel Landín, de 32 años, comentó que sus cuñados estaban fuera de la vivienda, parados cerca de la camioneta. ‘‘No los vi bien porque me tapaba la barda. Pero cuando sentí que venía el agua con tanta fuerza corrí a la casa de mi suegro y logré sacar a mis hijos hacia la parte trasera, donde hay una barda.

‘‘A los pocos minutos la casa, la camioneta, mis cuñados y sobrinos habían desaparecido. El agua no dejó nada.’’

Alejandro Torres, quien desde el domingo en la noche apoya en las labores de rescate junto con brigadistas de Protección Civil y de la Secretaría de la Defensa Nacional, comentó que a 20 metros de donde estaba la vivienda de José y Juvencio Álvarez se ubica la casa de Margarito Arroyo, a quien están velando en casa de sus suegros.

Trató de cruzar el río en un auto blanco, pero no lo logró, aunque pudo sacar con vida a sus hijos y esposa. Las imágenes se publicaron en redes sociales.

Río abajo se reportó la desaparición de una familia no identificada que habría sido arrastrada por la corriente.

El pasado 20 de septiembre la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente informó de la clausura de 34. 2 hectáreas de cultivos de aguacate en el municipio de Ziracuaretiro, después de que sus propietarios talaron más de 6 mil pinos y encinos para sembrar 10 mil plantas de ese fruto.

La dependencia precisó que los productores no tenían autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, pues se trataba de superficie forestal. Además, para su riego construyeron dos ollas de captación de agua pluvial, las cuales almacenan alrededor de 43 millones de litros de agua que dejaron de infiltrarse al subsuelo para recargar acuíferos.

En julio y agosto pasados fueron clausuradas 41 hectáreas de huertas de aguacate en los municipios de Ario de Rosales, Salvador Escalante, Pátzcuaro y Tacámbaro. La razón: cambio de uso de suelo sin permiso alguno.

De agosto de 2015 a mayo de 2017 se realizaron 20 operaciones para desmantelar huertas ilegales en 260 hectáreas en Zitácuaro, Uruapan, Peribán, Charo, Morelia, Zacapu y Tingambato, entre otros municipios, donde se habían sembrado más de 100 mil plantas del llamado ‘‘oro verde’’.

La organización Defensa del Medio Ambiente de Michoacán ha denunciado que basta recorrer Zitácuaro, Ocampo, Morelia, Charo, Zacapu, Uruapan, Pátzcuaro, Salvador Escalante y Tingambato, entre otras localidades, para observar cómo se han multiplicado las huertas de aguacate mediante la tala clandestina, así como los cambios de uso de suelo para ampliar las zonas urbanas.

En Michoacán 120 mil hectáreas de cultivos de aguacate están regularizados por las autoridades ambientales, pero hay 45 mil hectáreas de huertas ilegales, según la Secretaría del Medio Ambiente estatal.